Sabemos que Apple es una de las mayores empresas del mundo. La infraestructura detrás de la marca es de un calibre poco convencional. Los ejecutivos de la compañía, los que se encuentran al frente de esta multinacional, forman parte de un selecto grupo, el de las personas más ricas del mundo.
De la cúpula general de Apple, siete de los principales ejecutivos, sin contar con el CEO de la compañía norteamericana, Tim Cook, son galardonados con premios económicos o mediante acciones de la bolsa americana, o NASDAQ, fijándose éstos por objetivos.
Así, podemos saber, por ejemplo, que Phil Schiller, Vicepresidente Senior de Marketing mundial, fue premiado por su desempeño al frente de la compañía en el año 2014, con un monto total de unos 10 millones de $ en acciones (unas 87.578 unidades). Igual que Eddy Cue, Vicepresidente Senior de Software y Servicios Online, con una suma parecida ese mismo año.
Como los anteriormente citados, Craig Federighi, Vicepresidente Senior de Ingeniería de Software, y Dan Riccio, Vicepresidente Senior de Ingeniería de Hardware, fueron también incentivados en un plan similar tras la consecución de unos objetivos prefijados.
Y como ellos, Jeff Williams, Jefe de Operaciones, Bruce Sewell, Vicepresidente Senior y Consejero General, y Luca Maestri, Director Financiero de la compañía, fueron también incluidos en dichos incentivos.
Estos premios basados en cumplimientos de objetivos, es una práctica habitual en empresas del sector. Si bien no deja de impactar por lo elevado de las cifras, es cierto que Apple año tras año se marca objetivos cada vez más duros, y es lógico que tras el cumplimiento de éstos existan una serie de primas.
Así, recientes noticias sacadas a la luz nos han permitido conocer que, por ejemplo, Eddy Cue también obtuvo unas ganancias por valor de unos 59 millones de $ como parte de un premio obtenido en 2011. Tim Cook por su lado, obtuvo unos beneficios de más de 65 millones de $ al vender unas acciones que estaban en su poder.
Primas altísimas de una empresa que parece no tener techo de crecimiento. Y no hay mejor manera de seguir creciendo que mantener contentos a aquellos que hicieron y hacen esto posible.