Es un rumor que va tomando cada vez más fuerza. Foxconn, uno de los principales aliados de Apple en la producción de sus dispositivos, estaría cerca de abrir una fábrica en algún lugar de Estados Unidos, desarrollando así parte de la fabricación y el ensamblaje de productos Apple de manera nacional.
Esto, en parte, se debe a la ideología que quiere introducir el nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, así como una mejora de la imagen de la compañía norteamericana, que promovería así la fabricación interna en el país, empleando a entre 30.000 y 50.000 trabajadores para este fin.
Ambos colaboradores se plantean abrir una nueva planta, valorada en casi 7 mil millones de $, y de momento se habla de una fábrica para la creación y el ensamblaje de pantallas.
Terry Gou, presidente de Foxconn, ha realizado unas declaraciones para el medio Nikkei en donde abre la posibilidad de que tras este paso, los consumidores veamos cómo los productos de Apple elevan su precio considerablemente:
«Apple está dispuesta a invertir en una instalación en colaboración con nosotros en suelo norteamericano porque sería estratégico para ellos el producir las pantallas allí. Tenemos que ser conscientes de que esto podría provocar un incremento en el precio de los productos. En el futuro se podrían estar pagando unos 500 $ más por los productos estadounidenses, sin ser por ello mejores que uno más barato, variando tan sólo la procedencia de su producción y ensamblaje.»
Entre otros movimientos, esto también podría suponer el traslado de «Smart Technologies», empresa que pertenece a Foxconn y que actualmente está localizada en Canadá, a suelo estadounidense.
Por el momento, se especula con Pennsylvania como posible destino de esta nueva planta de fabricación, pero aún falta muchos detalles por pulir antes de cualquier confirmación oficial. No obstante, Apple aún no se ha manifestado a este respecto.