En Estados Unidos parece que muchos son los ciudadanos que no se han tomado muy bien la victoria, casi por sorpresa, de Donald Trump y prácticamente a diario se están manifestando afirmando que no lo quieren como presidente, como si a través de este tipo de manifestaciones pudieran cambiar lo que han elegido la mayoría de los ciudadanos del país. Durante la jornada electoral, Trump realizó un gran número de polémicas promesas, promesas que, según estamos viendo durante las primeras semanas de su elección, parece que han caído en saco roto, algo que no le gustará a sus votantes.
Las empresas tecnológicas han estado en el punto de mira de Trump prácticamente desde el comienzo de la campaña electoral. Pero en especial cuando a principios de año saltó la polémica por la negativa de Apple ha colaborar con el FBI en el caso del atentado terrorista de San Bernardino a finales del año pasado, y en el que la firma con sede en Cupertino se negó a desbloquear el dispositivo, dispositivo que finalmente consiguieron desbloquear a través de una empresa israelí.
La decisión de Apple, sacó de sus casillas a patriota Trump y afirmó que si llegaba a la presidencia de los Estados Unidos, obligaría a Apple a fabricar sus dispositivos en el país, una propuesta inviable ya que incrementaría el precio final de los terminales. Este anunció obligó a los máximos responsables de Silicon Valley a reunirse para tratar de aunar fuerzas contra Trump.
Finalmente y como todos sabemos, Trump ganó las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos, lo que ha suscitado un gran número de especulaciones sobre la posibilidad real o no de que Trump cumpla su amenazada. Y como lo cortés no quita lo valiente, según The New York Times, Cook se puso en contacto con Donald Trump para felicitarle por ganar la campaña electoral y de paso tantear el terreno acerca de las declaraciones que Trump realizó en Virginia, en la prometo que obligará a Apple a traer toda la producción a Estados Unidos.
