Estas dos ubicaciones, tanto la barra lateral del Finder como el Dock son dos de los sitios más convenientes para instalar accesos directos a nuestros archivos y customizar un poco el sistema dependiendo de nuestras necesidades o la cantidad de veces que utilicemos esos accesos para tenerlos más a mano.
Así de esta manera podremos agregar la carpeta de aplicaciones al Dock o meter un acceso directo el la barra del Finder para una carpeta en concreto que sea importante para nosotros.
La forma más intuitiva y sencilla de hacer esto es pichar con el ratón sobre los elementos que queramos y transportarlos hasta su ubicación, pero esto conlleva a que la probabilidad de error al colocarlos sea más alta por lo que en muchas ocasiones veremos como hemos soltado el ratón antes de tiempo y la carpeta que estábamos arrastrando se ha metido dentro de otra o que lo soltemos y se coloque en un lugar que no queríamos… .Sin embargo aunque siempre exista la posibilidad de pulsar CMD+Z para dar orden al sistema de que deshaga los cambios, resulta un pelín frustrante el no acertar, más aún si vamos con un poco de prisa o tenemos en mente hacer más cosas.
Para evitar esto en la medida de lo posible, simplemente tendremos que seleccionar los elementos que queramos arrastrar y una vez seleccionados, pulsar CMD+T para añadir dichos elementos a la barra lateral del Finder, así de fácil. Con eso tendremos la seguridad de no fallar nunca al arrastrar. El otro método es igualmente de efectivo y pasa por pulsar Máyus+CMD+T y de esta forma agregaremos los elementos al Dock, esto es especialmente útil al configurar el Mac por primera vez ya que simplemente abriendo una nueva ventana del Finder y seleccionando los elementos al pulsar esta combinación, se agregarán automáticamente.
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Fuente – Cnet
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