Siempre lo he pensado, siempre me ha dado la sensación, pero nunca lo profundicé del todo: el diseño de los nuevos productos de Apple, especialmente el Mac Pro, me remitían demasiado a los clásicos de Braun. Siempre fue algo inconsciente, hasta que días atrás empecé una mini-investigación para sustentar o desechar la idea.
Y no me bastó nada más que una googleada para ir confirmando, de a poco, las sospechas. Y la pesquisa terminó porque alguien ya había escrito al respecto: en Gizmodo publicaron un excelente artículo en donde analizan minuciosamente el fenómeno, con imágenes tan elocuentes como la que tenemos arriba.
El asunto es que la influencia de Diet Rams (diseñador de Braun en los 50’s y 60’s) sobre el director de diseño de Cupertino, Jonathan Ive, es enorme. Rams fue uno de los representantes más importantes del movimiento Gute Form, que continuó la idea de diseño racionalista fomentada por la Bauhaus y la Escuela de Ulm, cuya concepto general puede resumirse en los preceptos “menos es más” y la “forma sigue a la función”.
Entonces, ¿debemos entender que Apple básicamente está plagiando los productos de Braun, sin innovar verdaderamente? Es difícil responder esa pregunta, pero no cabe dudas de que la manzana le debe mucho al diseño de Braun.
Pero hay otro punto. ¿Como es que Apple, una empresa de vanguardia, basa sus diseños en las ideas de un movimiento que empezó a tener bastante rechazo a partir de los 80’s, cuando ya se consideraba que los objetos diseñados con la solo idea de la funcionalidad resultaban aburridos y que las cosas no solo deben funcionar, si no que también deben crear un vinculo afectivo con el usuario? ¿Como es eso de que los objetos de Apple están basadas en ideas funcionalistas y sin embargo crean tanta adicción?
Creo que la respuesta es una paradoja, cuya paradoja es que no se trata de una paradoja: la clave está en la buena forma, que es lo que al final significa gute form.
El artículo en Gizmodo | 1960s Braun Products Hold the Secrets to Apple’s Future