Esta mañana os he contado por qué he decidido no comprar el nuevo iPhone 7, y ahora os voy a contar algo totalmente diferente: por qué he decidido comprar el Apple Pencil, bueno, y lo que lleva apareja por la compañía me ha sacado un pastizal 😂.
Hace poco más de una semana, coincidiendo con el lanzamiento del iPhone 7, me pasé por una Apple Premium Reseller de Sevilla, y allí pude probar el Apple Pencil pensando en su utilidad para la escritura (por muy bueno que sea, un servidor no tiene talento para el dibujo). Lo probé apenas un par de minutos y utilizando la app Notas, redacté unas cuantas líneas, y no necesité nada más para saber que el Apple Pencil es lo que yo llevaba años esperando.
El Apple Pencil representa el grado de proximidad a la perfección del que jamás debe apartarse Apple
El iPhone es un gran dispositivo; podríamos decir que es el dispositivo necesario en tanto que al ser un teléfono y servir básicamente para la comunicación en sus diferentes formas, siempre va con nosotros. Es el dispositivo del día a día y sin duda, a pesar del iPhone 7, es uno de los mayores logros de Apple que luego todas, absolutamente todas las empresas, han copiado de una u otra forma. Pero el iPad es otra cosa. Desde mi punto de vista, el iPad es el dispositivo que mayores posibilidades puede ofrecer en la educación o el trabajo. Más allá de poder ver películas y series, el iPad puede ser un dispositivo de trabajo, aunque no me atreveré a equipararlo con un ordenador. Pero hasta finales del pasado año, el iPad estaba cojo.
Cuando Apple lanzó el iPad Pro de 12,9 pulgadas, tomó una gran decisión. Pero fue mejor decisión aún lanzar un iPad Pro de 9,7 pulgadas por cuestiones de portabilidad evidentes. Junto al iPad Pro llegó el Apple Pencil. Sí, un stylus, algo de lo que Jobs siempre renegó porque para él era un obstáculo entre el hombre y la máquina. Pero creo firmemente que hasta Jobs sería capaz de cambiar de opinión, y lo haría si pudiese ver la perfección con la que se puede escribir sobre un iPad gracias al Apple Pencil.
Nada es perfecto
Los productos de Apple no son perfectos. Nada en la vida lo es, y no voy a decir lo contrario sólo porque sea un fan de Apple y escriba en un blog sobre la marca. Y en Apple Pencil tampoco lo es sin embargo, es el stylus que más se acerca a la perfección.
Su diseño es increíblemente bello, pero también arriesgado. La sensación de su superficie, totalmente lisa, es un regalo al sentido del tacto, pero también favorece que pueda rular más de lo deseado y acabar tirado por el suelo. También habrá que llevar cuidado con tu tapón superior, magnético, pero que mientras lo estás cargando también es susceptible de ser perdido. Pero al margen de estos dos aspectos, insisto, el Apple Pencil es el accesorio que yo llevaba años esperando como complemento al iPad.
Su autonomía es suficiente aunque por pedir, pues ojalá durase aún más. Y si te quedas sin batería, lo enchufas al iPad 15 segundos y tienes otra media hora para acabar lo que estabas haciendo.
Su increíble precisión es lo mejor de todo. No hablaré de cómo funciona en la faceta de dibujo, pues yo no dibujo y no hablaré de lo que no sé, si bien las opiniones de expertos lo colocan en la cumbre de la precisión.
Desde el punto de vista de la escritura manual, el Apple Pencil es lo más cerca que jamás he estado de la escritura manual sobre el papel. Nada interfiere cuando estás escribiendo y, salvando las distancias evidentes, es casi casi igual que coger un boli y un papel, con la ventaja de que harás menos presión, te cansarás menos, y no gastarás papel, algo que el planeta te agradecerá.
He probado otros stylus hasta llegar al Apple Pencil, y puedo afirmar sin temor a equivocarme que lo único que he hecho ha sido tirar el dinero. Cierto que la apuesta de Apple cuesta 109€, pero os aseguro que no os vais a arrepentir. La única pega es que para disfrutar el Apple Pencil he tenido que sustituir mi flamante iPad Air 2 por el iPad Pro, otro gastazo de dinero. Pero no me arrepiento en absoluto.
