Atención a los cables USB-C que utilizas en tu nuevo MacBook, podrías cargártelo

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La decisión de Apple de incluir un solo USB-C en el MacBook ha conseguido que al no ser un estándar todavía en la industria, los usuarios que han adquirido este equipo hayan tenido que lanzarse a comprar una variedad de adaptadores y cables para hacer compatibles los que ya tenían o adquirir otros nuevos y de esta forma poder conectar sus «antiguos» dispositivos.

Sin embargo es importante ser consciente de los que compra y en este punto, la variedad de adaptadores y cables que se comercializan pueden hacer que nos arrepintamos si nos decantamos por las opciones más baratas.

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El mejor ejemplo lo tenemos en los aficionados a los equipos de audio de alta fidelidad, es decir, este tipo de usuarios siempre han sido muy escrupulosos con la calidad de los cables, donde unos defienden la importancia del apantallamiento de los cables y los conectores chapados en oro para mejorar la calidad del audio, otros simplemente afirman que no se nota la diferencia.

A medida que avanzamos, esto mismo está ocurriendo con los equipos informáticos. Es difícil diferenciar un cable barato de uno caro. Es cierto que el mercado impone a veces unos precios por encima de lo que ofrece al consumidor donde un cable de 20 Euros hace exactamente los mismo que uno de 15 Euros, pero no nos debemos engañar por las gangas, ya que uno de 3 Euros seguramente no sea seguro.

Un miembro del equipo de Google Pixel, Benson Leung, ha estado revisando diferentes cables USB-C ofertados en Amazon durante unos meses, sobre todo para determinar si cumplen con la especificación USB-C.

La mayoría que analizó se ajustaron a las especificaciones, sin embargo dio con algún otro que tenía la resistencia mal conectada o incluso algunos con la toma de tierra mal. El resultado fue un Chromebook Pixel que pasó a mejor vida y dos analizadores USB que en ese momento estaban conectados, también fritos.

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La marca en concreto era SurjTech y tenía un coste de 9.98 dólares. En este caso no vamos a hablar de cual sería el precio correcto para adquirir uno u otro cable, sino más bien del sentido común del comprador.

Aunque el estudio fue llevado a cabo con un Chromebook, lo podemos extrapolar perfectamente al MacBook de 12″, el cable que usamos puede ser nuestro mejor aliado o nuestro peor enemigo al mismo tiempo.


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