Apple Pay, el servicio de pagos móviles de la compañía de Cupertino, aún se encuentra disponible en muy pocos países del mundo. Una de las razones principales que explican la lentitud de su expansión se encuentra en las negociaciones para llegar a acuerdos firmes con las diferentes entidades bancarias. En España se esperaba la llegada de Apple Pay para finales de 2016, algo que ya ha sido completamente descartado y que no veremos, con cierta suerte, hasta algún indeterminado momento del primer trimestre de 2017.
Mientras tanto, aunque en Australia Apple Pay está disponible desde hace ya un año, la Comisión de la Competencia y Consumidores australiana ha rechazado de manera formal una autorización que permitiría a las tres mayores entidades bancarias del país negociar de forma conjunta el acceso a la tecnología Apple Pay, una decisión bastante lógica en tanto que dejaría en clara situación de desventaja al resto de entidades menores.
La decisión «finamente equilibrada» de la Australian Competition and Consumer Commission (ACCC) supone un punto de inflexión a meses de diálogo y negociaciones entre los «tres grandes» bancos del país y Apple.
El dictamen emitido por la ACCC rechaza una propuesta presentada el pasado mes de julio por las tres mayores entidades financieras de Australia, el Commonwealth Bank de Australia, National Australia Bank y Westpac Banking Corp, junto con Bendigo y Adelaide Bank, para negociar de manera conjunta los términos de la relación entre éstas y Apple Pay.
En dicha solicitud existían algunos aspectos que no parecen haber gustado nada a la ACCC, y que tampoco habrían gustado nada a los usuarios en caso de producirse. El principal de esos escollos parece ser el acceso al controlador NFC del iPhone, lo que permitiría a los bancos colocar sus propios sistemas de monedero digital en los dispositivos iPhone, una medida que supondría una alta competencia según este organismo.
Pero a mi juicio, resultan mucho más graves las pretensiones que estos bancos tenían en relación a las comisiones y quién se haría cargo de ellas. En la solicitud presentada en julio, estos bancos solicitaban el permiso para negociar un posible retiro o modificación de las restricciones que prohíben a las instituciones financieras derivar las tarifas de transacción de Apple Pay a los consumidores. Es decir, perder aplicar las comisiones directamente a los usuarios.
Rod Sims, presidente de de la Australian Competition and Consumer Commission, ha señalado que «Actualmente, la ACCC no está satisfecha de que los probables beneficios de la conducta propuesta sobrepasen los probables perjuicios». En otras palabras, la intención de los bancos podría suponer mayores daños que beneficios. Y continuaba: «Si bien la ACCC acepta que la oportunidad para que los bancos negocien y boicoteen colectivamente les ubicaría en una mejor posición de negociación con Apple, los beneficios son actualmente inciertos y pueden ser limitados».
Las entidades bancarias australianas afectadas ya se han pronunciado acerca de esta decisión. En declaraciones a Apple Insider señalan que continuarán trabajando con la ACCC con el fin de superar las diferencias planteadas por ésta y poder ofrecer a sus clientes competencia y libertad de elección pues según los bancos, si la propuesta de la ACCC está vigente, los propietarios de iPhone en Australia sólo tendrán una opción de cartera móvil, Apple Pay, mientras que a la industria australiana de pagos se le negará la oportunidad de innovar y competir con Apple.
Si el proyecto de determinación del regulador de la competencia australiana se mantiene, efectivamente no habrá competencia contra Apple por los pagos móviles en el iPhone. La solicitud nunca ha sido acerca de la prevención de Apple Pay de venir a Australia o la reducción de la competencia entre carteras. Siempre ha sido sobre la oferta de elección del consumidor y la innovación, dijo Lance Blockley, un especialista en pagos en representación del colectivo bancario.
Sin embargo, la ACCC, está claro, no piensa igual que los bancos. De hecho, el organismo antimonopolio australiano ha determinado que Apple Pay podría estimular la competencia en el creciente espacio de los pagos digitales: «Apple Wallet y otras carteras digitales no bancarias podrían representar una tecnología disruptiva que puede aumentar la competencia entre los bancos al facilitar a los consumidores cambiar entre los proveedores de tarjetas y limitar cualquier bloqueo que las carteras digitales de los bancos puedan causar».
Apple Pay se lanzó en Australia en noviembre pasado a través de una asociación limitada con American Express. El principal banco ANZ fue el primero en asociarse con Apple en abril.
Mientras no se llega a un acuerdo amistoso sobre Apple Pay, los bancos ya pueden ofrecer soluciones de cartera digital en el iPhone sin acceder al módulo NFC, a través de sus propias aplicaciones integradas con Apple Pay. Se espera que la decisión final de la ACCC se produzca en marzo de 2017