Hace más de dos décadas, el iMac G3 puso nuevas reglas en el diseño de ordenadores y marcó el inicio de una era colorida y llena de personalidad en la tecnología doméstica. Hoy, esa inspiración vuelve a cobrar vida, pero esta vez en un accesorio inesperado: una base de carga para Apple Watch que recupera el encanto del clásico de Apple.
La firma Spigen apuesta por la nostalgia reinterpretando el iMac G3 en versión miniatura, rescatando los matices y formas que lo hicieron inolvidable. Esta base llega para quienes disfrutan de los detalles retro sin renunciar a los avances actuales.
Un diseño que rinde homenaje a un icono del 98
La base de carga, parte de la colección Classic C1 de Spigen, reproduce la silueta y colores emblemáticos del iMac G3 de 1998, desde su carcasa translúcida hasta la inclinación del frontal. No es solo una cuestión de estética: la pantalla inclinada, donde se coloca el reloj a cargar, facilita la visualización de la hora en el modo mesa de noche, un guiño funcional al concepto original.
El dispositivo no incluye un cargador integrado: en su lugar, el usuario debe colocar su propio cargador magnético de Apple Watch a través de una ranura especialmente diseñada y guiar el cable por la parte trasera, igual que en el mítico ordenador. Este detalle mantiene el espacio ordenado y refuerza la idea de estar ante una pieza cuidadosamente elaborada.
El stand está disponible en cuatro colores que hicieron famoso al iMac G3: Bondi Blue (azul claro), Tangerine (naranja), Ruby (rojo) y Graphite (gris oscuro). Todos mantienen la transparencia y el acabado liso del modelo original, permitiendo ver parte del interior y evocando aquel espíritu de «democratizar» la informática que impulsó Apple a finales de los 90.
Además, la base cuenta con un recubrimiento de silicona antideslizante en la parte inferior, lo que impide que se desplace accidentalmente al colocar o retirar el reloj. Así, cumple tanto una función estética como práctica en cualquier mesilla de noche o escritorio.
Compatibilidad y detalles funcionales
Uno de los puntos fuertes de este accesorio es que es compatible con una amplia variedad de relojes de Apple. Los usuarios pueden utilizarlo con cualquier Apple Watch a partir de la Serie 4, incluyendo las versiones SE y los modelos Ultra 1 y Ultra 2. Gracias al diseño de la ranura para el cargador, incluso es posible usar el cable de carga rápida si se dispone de uno.
En cuanto a su uso, el montaje es sencillo: basta con introducir el cargador magnético en el compartimento frontal y pasar el cable hasta la salida posterior, donde se recoge y esconde para evitar líos sobre la mesa. Una vez colocado el reloj sobre el área correspondiente —donde estaría la pantalla del «mini» iMac— comienza a cargarse y queda perfectamente visible, emulando a la perfección el efecto nostálgico que buscan los aficionados.
Un guiño a la historia de Apple y la fiebre por lo retro
El iMac G3 no solo fue un equipo de sobremesa llamativo, sino una pieza clave en el renacimiento de la marca tras el regreso de Steve Jobs. De 1998 a 2003, el dispositivo vendió más de seis millones de unidades y fue protagonista del cambio hacia la informática personal más accesible y atractiva.
Spigen recoge este legado con su base de carga, sumando este accesorio a una familia de productos nostálgicos que incluye fundas de móvil y estuches de AirPods, todos ellos con el mismo aire retro y colorido. El propósito es ofrecer un toque distintivo en el día a día de los seguidores más fieles de Apple, pero también de quienes aprecian el diseño divertido e inusual.
El precio ronda los 35 dólares, posicionándose como un capricho asequible para quienes valoran los guiños al pasado. Aunque recrea hasta los detalles de la rejilla de altavoces o la «bandeja» de CD-ROM en su frontal, la base no cumple otras funciones más allá de servir como soporte y organizador para el cargador del reloj.
Con cada vez más accesorios de tecnología abrazando la estética vintage, esta base de carga demuestra que el diseño del iMac G3 sigue inspirando generaciones, integrándose en nuevos objetos cotidianos y reivindicando su estatus como icono cultural. La base de carga aporta un aire único y nostálgico a cualquier espacio, recordando por qué aquel iMac rompió moldes.