Parece una contradicción pero con cada modelo revisado del MacBook Pro Retina, se consigue un poquito más de rendimiento y velocidad general mejorando diferentes aspectos del hardware y a su vez también se produce un pequeño recorte en el precio del equipo donde se establece una rebaja de 100 $ al menos para el mercado americano.
Mismo diseño, más rendimiento
Si ya nos centramos en aspectos como el del diseño vemos que en el fondo no se produce ningún cambio sustancial en la forma aunque si existe una reducción en el grosor del chasis unibody si lo comparamos con anteriores generaciones del MacBook Pro, sobre todo gracias a la eliminación de la unidad óptica y a la reordenación estructural de los componentes internos del Mac, dejando el grosor total en 1,8 cm y un peso de 2,02 kg conformando así un equipo delgado, «fácilmente» transportable y sin renunciar a unas especificaciones de primer nivel.
Los puertos de entrada / salida siguen siendo los mismos, con dos puertos Thunderbolt 2, un puerto USB 3.0 y conector para auriculares en el lateral izquierdo, en cuanto a lateral derecho nos encontramos al igual que en el modelo anterior, un puerto USB 3.0, un puerto HDMI y una ranura para tarjetas SDXC. También se incluyen dos micrófonos ocultos bajo las perforaciones en el chasis que dan cabida a uno de los altavoces, con cancelación de ruido y el ya clásico trackpad de cristal sobredimensionado con tecnología multi-touch. tecnología de formación de haz uso izquierda de ruido adaptativa cancelación, mientras que el vidrio familiarizado trackpad multitouch se sienta frente y al centro.
En este punto nos volvemos a encontrar dos opciones de compra donde la diferencia más notable además del procesador, es la gráfica ya que en el modelo más alto de gama (sin personalizar) aloja una gráfica discreta de Nvidia en vez de la Intel Iris Pro ya incluida en el die del procesador, siendo la configuración estándar un i7@2,5 Ghz, 16 Gb de RAM y 512 Gb en SSD. Esto no ha cambiado respecto a los modelos de 2013. También podemos optar por una cpu i7@2,8 Ghz por 200€ de sobre coste además de 1Tb de SSD por 500 € más.
El cambio mas sustancial lo encontramos en que el procesador de cuatro nucleos más potente ha rebajado su velocidad de reloj de un i7-4960HQ @ 2,6 Ghz a finales de 2013 a un i7-4870HQ @ 2,5 Ghz que rinde un poco más a pesar de su menor velocidad como veremos a continuación
Pruebas sintéticas
En este análisis se ha comparado un tope de gama i7@2,6 Ghz, 16Gb de RAM y 512 Gb de almacenamiento SSD de finales de 2013 con un equipo de la misma línea pero con el procesador actualizado para ver si la mejora merece la pena o es más rentable hacerse con el modelo anterior con rebaja.
En las pruebas, la versión más actual (mid-2014) ha marcado un consumo de 47W en CPU con una puntuación algo por encima del modelo de finales de 2013 en cuanto a Cinebench se refiere. También ha marcado una mejor puntuación en GeekBench en el apartado multi-core quedando por debajo del modelo «antiguo» en la ejecución con un solo core, siendo de esperar debido a la reducción de 100 Mhz.
MacBook Pro Retina late 2013 a la izquierda, MacBook Pro Retina mid 2014 a la derecha
La gráfica sigue siendo una Nvidia 750m pero con una revisión en la ROM que ofrece un rendimiento sensiblemente superior. El cuanto al almacenamiento SSD sigue siendo PCIe con una leve mejoría casi inapreciable pasando de 720MB en lectura a 726MB. La batería en condiciones normales de uso llega a las 6 horas quedándose lejos de las 8 horas que promete Apple.
MacBook Pro Retina late 2013 a la izquierda, MacBook Pro Retina mid 2014 a la derecha
En conclusión sigue siendo el mismo equipo con actualizaciones muy leves que mejoran el conjunto en general pero bajo mi humilde opinión, si podemos encontrar a igualdad de condiciones los dos equipos pero el antiguo lleva asociada una reducción «sustancial» en el precio, nos hagamos con un late-2013.