Parece algo evidente pensar que cualquier compañía quiera librarse de pagar más impuestos por un producto ahora que hace unos meses y más si estos vienen importados de otros países lo que supone unos aranceles de hasta un 25%. En Apple quieren que sus Mac Pro se libren de estos impuestos establecidos por el gobierno actual de Estados Unidos, liderado por Donald Trump.
En este caso ocurre que los Mac Pro se van a fabricar de forma íntegra en el país asiático, todo lo contrario que ocurría con los Mac Pro de 2013 (el papelera) que se ensamblaba en territorio yanki, concretamente en Texas. En Cupertino quieren que estos aranceles impuestos por Trump no afecten ni al precio final del producto ni tampoco a su economía, por lo que están luchando para intentar librarse de estos pagos extra.
Finalmente el gobierno es quien tiene la última palabra en este asunto pero en Apple llevan unas 15 peticiones para que Trump de marcha atrás y puedan rebajar el coste de un producto que ya de por sí es caro. Esto evidentemente repercute en el precio final de los equipos y no solamente en los de Apple, todas las compañías se verán afectadas por estos aranceles impuestos por Estados Unidos sobre los productos que llegan de China.
La idea que tienen los políticos americanos es como todos ya sabéis potenciar el producto nacional y que las compañía produzcan y fabriquen el máximo de componentes y equipos en el país, pero eso tiene un precio mucho más elevado que realizarlo en países como China y es por ello el revuelo que se levantó estos meses atrás. Además el modelo más básico de los Mac Pro es el que cuesta la friolera de 6.000 dólares por ello la insistencia de Apple en que Trump elimine el arancel al menos para estos equipos y sus componentes.