En China, iPhone puede ser un zapato y el iPad un cemento

«Es inmoral, pero legalmente permisible». Así calificaba una de los responsables de hacer valer la ley de propiedad intelectual en China la actitud de las empresas que tratan de registrar diferentes nombres de productos de Apple en el gigante asiático. En declaraciones al diario oficial China Daily, esta mujer, que no quiso identificarse, aseguraba que el gigante tecnológico “no ha sabido evitar bien los riesgos para protegerse”.

Se refería a que, según la página web oficial de la oficina de patentes china, la compañía de Tim Cook solo ha registrado la denominación iPhone en 14 de las 45 categorías existentes en el país, y la del iPad en nueve. Eso ha permitido que hasta 39 empresas o individuos chinos hayan tratado de hacerse con la famosa marca para aumentar las ventas de sus productos. Y hay fabricantes de todo tipo. Una compañía peletera de la ciudad costera de Wenzhou, por ejemplo, intentó registrar el iPhone en dos ocasiones -2007 y 2010- para utilizarlo como marca de sus botas. Otra empresa de la provincia sureña de Guangdong ha probado suerte con el iPad, para que el nombre luzca en sus materiales de recubrimiento de suelos. De momento, ninguno lo ha conseguido, pero todavía falta una resolución en firme sobre sus peticiones.

La que sí va ganando la partida en la guerra del iPad es Proview Technologies. La quebrada empresa taiwanesa que tiene en jaque a la todopoderosa firma de Cupertino -porque, ésta sí registró el nombre en primer lugar y en la misma categoría de producto-, sumó ayer un nuevo tanto. Según el representante de la compañía, otro tribunal de una pequeña ciudad, en este caso Huizhou, no solo les dio la razón, sino que fue un poco más allá al pedir oficialmente que se detenga la venta del iPad en todo China.

Apple ha registrado la denominación iPhone en 14 de las 45 categorías existentes en el país, y la del iPad en nueve

Hasta entonces, las autoridades de algunas ciudades habían decidido retirar las tabletas como medida cautelar hasta que se pronuncie el Tribunal Supremo de Guangdong. Pero, ahora, diferentes tribunales están decidiendo si el asunto es más serio. No obstante, sus sentencias son de aplicación solo en su jurisdicción, no a nivel nacional. Mañana se pronunciará una de las urbes más importantes, Shanghái, en la que Apple sí que tiene tiendas oficiales.Si la capital económica de China ordena la retirada del iPad, la bofetada será más que económica: dañará seriamente la reputación de la multinacional.

Mientras tanto, encontrar una tableta con el logotipo de la manzana mordida se hace cada vez más difícil. EL PAÍS ha podido comprobar que algunos de los establecimientos que venden productos de Apple han retirado las tabletas de los escaparates “por si acaso”, pero continúan haciendo negocio con ellas en la trastienda. En la ciudad de Kunming, la misma en la que se encontraron copias casi perfectas de las Apple Store, algunos prefieren vender el iPad por la puerta falsa.

“No hay comunicación oficial que nos obligue a retirarlos, pero somos conscientes de que puede llegar y no queremos que confisquen los aparatos de improviso”, explica la dueña de uno de los locales. Claro que con esta medida, también consigue otro efecto beneficioso para ella. “Quieren vender los iPad más caros”, se queja un cliente que sale airado del establecimiento. “Pretenden cobrarme 500 yuanes (60 euros) más de lo que marca”. La tienda se defiende. “Es la ley de la oferta y la demanda. Si hay menos en el mercado, serán más caros”.

Un tribunal de Huizhou ha pedido oficialmente que se detenga la venta del iPad en todo China

Estos efectos secundarios del litigio han hecho que a la multinacional estadounidense baraje la posibilidad de demandar a Proview por difamación. Apple insiste en que compró todos los derechos para la explotación del iPad en China, y que un tribunal de Hong Kong ya le dio la razón el año pasado. No en vano, el juez aseguró en aquella ocasión que “Proview había actuado con la clara intención de dañar a Apple”. Pero la ex colonia británica funciona a su aire, regida por sus propias normas y desconectada del régimen comunista. Y lo que preocupa es la China continental.

No obstante, es posible que allí Apple se guarde algún golpe de efecto. El bufete de abogados que lleva el caso envió ayer una carta, de la que el diario Financial Times recibió una copia, en la que asegura que el director de Proview en Shenzhen, Yang Long-san, conocía perfectamente la transacción del copyright que se había llevado a cabo con la casa matriz, en Taiwán, y le acusa de haber continuado realizando, a pesar de ello, “declaraciones falsas y confusas” que están socavando la reputación de la compañía. Parece que hay documentos que así lo confirmarían, como los correos electrónicos filtrados en Internet hace unos días. Pero Proview sabe que solo una generosa inyección de capital por parte de Apple puede reflotar la empresa. Aunque diferentes analistas mencionados por la prensa oficial china se preguntan si ya no es demasiado tarde para eso.

Fuente: elpais


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