Apple y Johnson & Johnson inician un estudio de tres años de duración para reducir el riesgo de embolia y es que desde que el Apple Watch está en el mercado muchas de sus funciones se centran en mejorar la salud de las personas y prevenir/detectar posibles enfermedades.
La posibilidad de realizar un electrocardiograma, el detector de caídas, el sensor de ritmo cardíaco anómalo, el control de la respiración, la detección de ruido junto con el resto de mediciones y aplicaciones disponibles para el Apple Watch, lo convierten junto con al iPhone en dispositivos perfectos para mejorar nuestra salud en líneas generales.
Este es un estudio para personas mayores de 65 años que se llevará a cabo entre Apple y Johnson & Johnson gracias a la aplicación para el iPhone Heartline Study pero que sin la complicidad del Apple Watch no sería posible. Es una especie de ayuda para los buenos hábitos de las personas cuando llegan a cierta edad y mediante consejos, preguntas y temas relacionados con la salud cardíaca intentarán evitar los riesgos de padecer una embolia de las personas.
Tres años serán necesarios para llevar a buen fin este estudio y de estos el último será el año clave ya que se recogerán los datos de los dos años anteriores sobre los grupos de personas que participan. Un grupo únicamente utilizará el iPhone con la aplicación y el otro grupo usará la app del iPhone más un Apple Watch para que utilicen la función ECG junto con las notificaciones de ritmo cardíaco anómalo. En este tiempo los datos quedarán registrados y luego se estudiarán para mejorar la calidad de vida y la salud. Los usuarios que no tengan un reloj inteligente de Apple y que participen en el estudio se les cederá un Series 5.