De acuerdo con la información publicada por el medio L’Express, las autoridades fiscales de Francia han fijado recientemente una multa de 400 millones de euros (unos 422 millones de dólares) contra Apple. ¿La razón? Pues ya os la podéis imaginar, el complejo y controvertido esquema de optimización de impuestos con el que trabaja Apple y que le permite reducir la base imponible de sus ventas en un determinado país, en este caso Francia, derivándola hacia otro lugar en el que cuenta con gravámenes mucho más ventajosos: Irlanda.
Según informa el periódico francés Le Monde, esta multa supone un ajuste fiscal en base a lo que debería haber pagado de impuesto, pero no ha pagado al Estado francés.
De Francia a Irlanda
La millonaria multa está dirigida de forma específica contra Apple Francia, filial de la compañía estadounidense Apple Inc., que a pesar de vender todos sus productos en suelo galo, tan sólo habría reportado a los servicios de recaudación fiscal franceses unos ingresos de 69 millones de euros. El resto, hasta llegar a los ingresos reales, habrían sido desviados a Irlanda, país que aplica una tasa impositiva mucho menor que nuestro vecino.
La jugada es simple: dado que los impuestos suponen un porcentaje sobre los ingresos totales de las ventas, Apple reduce dicha base y en consecuencia, el resultante final a pagar es menor. La cantidad no declarada en Francia la declara en Irlanda, donde se aplica un porcentaje menor de impuestos, y así es como Apple, supuestamente, logra pagar menos impuestos.
Curiosamente, Apple afirma que nunca ha sido notificada acerca de esta situación por parte de las autoridades fiscales francesas. De hecho, los ejecutivos de Apple habrían señalado que se han enterado de la multa impuesta a través de la prensa, según ha teclado una fuente no identificada.
La historia aún no ha acabado
Las autoridades francesas tan sólo han investigado el período comprendido entre los años 2011 y 2013 sin embargo, parece que este escurriendo al que está siendo sometida Apple aún no ha finalizado pues «un funcionario del gobierno francés» ha afirmado que el período comprendido entre los años 2013 y 2015 aún está siendo auditado por lo que es bastante probable que a Apple le caiga otra multa con la que ajustar los impuestos no pagados en Francia.
Aunque pueda parecer que esto es poco menos que una persecución contra Apple, no es cierto, pues otros gigantes tecnológicos como Google, Facebook y Amazon también están siendo investigados en diferentes países de Europa precisamente por la misma razón.
Pero también es cierto que, a este ritmo, Apple ya puede comenzar a hacer su propia colección de multas pues este no es más que otro episodio de una larga historia. Desde hace varios años Apple está siendo el epicentro de un debate fiscal en el seno de la Unión Europea. Mediante el uso de regímenes fiscales legales, pero controvertido, Apple logra enviar la mayoría de sus beneficios a Irlanda donde goza, junto con muchas otras empresas, de tasas de impuestos preferenciales. Personalmente, la cuestión que me surge es: si estas medidas son legales, ¿cómo es posible la imposición de una sanción por su práctica?
En agosto, la Comisión Europea ya impuso una fuerte multa a Apple en base a un supuesto trato preferencial por parte de Irlanda que, a juicio de la Comisión, constituye una «ayuda estatal ilegal». A principios de este mes, el ministro de Finanzas irlandés comunicó que Dublín había impugnado dicha decisión de la UE; lo que hizo fue presentar un recurso ante los tribunales europeos con el fin de paralizar la multa impuesta.
Trump podría tener la solución
Desde hace años, Apple está pidiendo al gobierno de Estados Unidos un cambio de su política tributaria que le permita llevar al país las ganancias que tiene repartidas por el extranjero sin embargo, hasta el momento, nada ha cambiado.
En diciembre de 2015 Tim Cook fue preguntado al respecto en el programa 60 minutos, y respondió:
Me encantaría llevarlo a casa. Pero me costaría el 40% traerlo a casa, y no creo que eso sea razonable. Este es un código de impuestos que se hizo para la era industrial, no la era digital. Es hacia atrás. Es horrible para América. Debería haber sido arreglado hace muchos años. Ya es hora de hacerlo.
Por fortuna para Apple, parece que esto podría cambiar con la llegada de Donald Trump a la presidencia, siempre y cuando Apple y otras multinacionales estadounidenses acepten fabricar sus «malditos ordenadores» y otros productos dentro de los límites geográficos yankis.
