La guerra 3.0 que se libra en el mundo se organiza por internet. Es algo que conocemos tras cada detención de un yijadista. O tras cada desarticulación de una célula terrorista vinculada a movimientos extremistas. El medio de contacto, lo que ayuda a su formación y a su crecimiento es internet. Y lo que es más preocupante, la captación de jóvenes hacia estos movimientos.
A diario miles de menores, o jóvenes de diversas edades son atraídos hacia estas redes. Desde el desconocimiento o la educación recibida se acercan a este tipo de peligros sin saber muy bien de que se trata. Y es en internet donde se produce casi e cien por cien de los primeros contactos.
Un logaritmo en el motor de búsqueda que ayuda a las autoridades
Google, en colaboración con los principales gobiernos del mundo está poniendo de su parte para que esto no ocurra. O al menos para que pueda existir un control por parte de las autoridades. Y que sirvan para impedir o en cierto modo limitar estos acercamientos. El objetivo de esta colaboración es poner freno al incesante reclutamiento que ejercen estas «mafias».
Aunque es «vox populi» que los gobiernos podrían tener acceso a publicaciones con ciertas palabras clave. Y es cierto que Google ya colaboraba con un logaritmo que recopilaba estos datos. Este proyecto va más allá. Mediante un programa desarrollado por Jigsaw, una empresa la incubadora de Google, se ha llevado a cabo un experimento con sorprendentes resultados.
El propio motor de búsqueda de Google, además de la inclusión de palabras clave, analiza la asiduidad de estas búsquedas. Estas palabras clave son incluidas por varios expertos en el sector. Se trata de 1700 palabras árabes, y unas 1000 anglosajonas. Y es la combinación de varias de estas las que consiguen crear un perfil objeto de investigación.
Resultados «cebo» en las búsquedas de Google.
Ahora Google, además de las búsquedas que ofrece con normalidad, incluye resultados «cebo». Estos cebos no son más que páginas que atraen a posibles interesados en las doctrinas del ISIS. Y los resultados que ofrecen dos meses de prueba son realmente alarmantes. Quinientos mil minutos de vídeos visualizados por trescientos veinte mil usuarios. Y la permanencia en estas webs está por encima de la media en otro tipo de webs con distinto contenido.
Estos cebos tecnológicos sirven para dos cosas. Por una parte, se conoce a que usuarios muestran interés en este tipo de contenidos. Y por otro, los vídeos a los que acceden están especialmente realizados para convencer justo de lo contrario a la doctrina del «Estado Islámico». La idea parece buena, pero seguro que no del todo suficiente. Y algo que siempre nos preguntamos. Si sabemos nosotros que existen estos «cebos». También lo saben ya los malos ¿no?. Análisis a parte, todo lo que sirva para acabar con esta lacra bienvenido sea.
Queda claro una vez más la potencia de Google y de sus contenidos. Y más aún de Youtube. Un estudio realizado por Yasmin Green, directora de investigación de Jigsaw, y colaboradora del proyecto revela varias claves. Según Green, una persona afín a los ideales del ISIS accede a la información más pura posible. Es decir, no se fía de contenidos de canales de televisión, que podrían estar influenciados o manipulados.
Youtube un punto de información independiente objeto de estudio
Youtube es el mejor lugar donde encontrar vídeos explícitos de búsquedas concretas. Y esas búsquedas son las que están siendo objeto de estudio. Mediante la aplicación del filtro de palabras clave, se puede tener ideas para comenzar una investigación. Pero hay un problema mayor. ¿Que hacer cuando estas búsquedas no se hacen en Google? Pues que actualmente resulta casi imposible ese control.
Desde que existe mayor vigilancia en cuentas sospechosas en redes sociales es mas difícil encontrar estos contenidos. Y del mismo modo, es más difícil encontrar a personas que busquen estos contenidos. Actualmente, una vez se ha procedido al primer reclutamiento los medios de comunicación en información son más privados. Y aquí entra una vez más el gran dilema del que tanto se ha hablado y escrito.
La privacidad frente a la seguridad. Está claro que a nadie nos gusta que nos espíen. Siempre queremos preservar nuestra vida del resto de la humanidad. Pero esto tiene un precio. Desde que se encriptaron las conversaciones entre mensajes de casi la totalidad de las aplicaciones de mensajerías el rastreo resulta casi imposible. Pero mientras tanto Google aporta su grano de arena.
