Esta semana el Vicepresidente de diseño industrial en Apple, Jonathan Ive, ha dado una conferencia a dirigida a jóvenes diseñadores donde además de señalar unas directrices a seguir durante el proceso creativo de un producto, también ha hablado de su situación y la forma en el que ve los plagios de otras compañías respecto a lo creado por él y su grupo de diseñadores.
En su intervención puso en entredicho la forma en la que las escuelas de diseño disponen de talleres de trabajo muy caros pero sin embargo enseñar con herramientas «ordenadores» baratos. De esta manera parece que en las entrevistas que ha llevado a cabo Sir Ive, no habría quedado muy satisfecho con los conocimientos de los estudiantes de diseño, no por las personas en sí sino por la educación dada por dichas escuelas.
En otro orden de cosas también habló de su éxito en Apple con la premisa clara de no hacer dinero, es decir, admite que no son ingenuos y hay que ser efectivos y consecuentes con lo que se hace, pero esa es la razón por la que hacen dinero, la consecución de un buen producto. En este punto dice sentirse molesto por los plagios que sufre en su trabajo, donde el estar con su equipo de diseño durante 8 años elaborando primero varias ideas, extraer una, darle forma y crear algo de la nada para que en seis meses lo hayan plagiado… no es un halago para él sino un robo de tiempo que podía haber pasado con su familia.
Ive admite que durante el proceso creativo se han tenido que abandonar ideas aún con mucho capital invertido en la misma, según sus afirmaciones no hay que ceder ante las presiones de los departamentos de Marketing por enseñar algo nuevo, es decir, los productos de Apple tienen una línea y estéticas más uniformes y si algo no lo puedes mejorar (cambio de materiales, diferentes formas…) no lo cambies por el mero hecho de tener algo diferente.
También habló de sus inicios con los ordenadores personales donde cambió sus valores y descubrió una nueva parte de si mismo «tecnológica» intentando comprender las necesidades de las empresas, para luego pasar a formar parte de Apple como consultor y más tarde a tiempo completo. Confiesa que el diseño del Apple I le encantó.
Por último y entre otras muchas cosas (el proceso creativo, de desarrollo, normas del buen diseño…), también habló del diseño del Apple Watch donde quiso hacer más de un producto diferenciador al igual que la ropa, dado que no todos llevamos la misma, por lo que se creo un sistema flexible para adaptar el gusto de cada persona a su tipo de reloj y no lanzar un montón de «ideas contra la pared» a ver cual es la que triunfa, como hacen otros.
La entrevista completa la podréis leer a través de este enlace en Deezen para los que sepan inglés, la verdad es que es muy interesante.
