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La medida de seguridad se amplia desde el pasado 5 de enero cuando ya se prohibió el uso de teléfonos móviles personales en su interior y ahora también afecta a los wearables y similares, entre los que evidentemente destaca el Apple Watch.
La propia portavoz del presidente, Sarah Huckabee Sanders, fue la encargada de comunicar que la restricción es a día de hoy firme y que afecta a todos los empleados, visitantes y demás personal que acceda al Ala Oeste de la Casa Blanca. Este lugar concreto del edificio es donde trabaja el presidente y debe estar protegido ante cualquier amenaza externa. “La seguridad y la integridad de los sistemas de tecnología en la Casa Blanca son una primera prioridad para la Administración”.
Estas medidas de seguridad vienen promovidas por varios aspectos de seguridad que afectan de forma directa al correcto funcionamiento de la presidencia y sus movimientos. Además recordar que la prohibición de usar estos dispositivos como el Apple Watch, iPhone, iPad o el resto de dispositivos electrónicos, llegó justo cuando se filtraron algunas partes de un libro sobre el funcionamiento de la Casa Blanca de Donald Trump, del periodista Michael Wolff.
Realmente lo importante aquí es conocer la realidad del problema y es que el propio presidente tiene realmente una fijación por las posibles filtraciones que salgan a la luz pública, este es otro de los motivos importantes de estas prohibiciones. Además todo ello hace que los propios empleados de la Casa Blanca se molesten mucho ya que no podrán usar los teléfonos gubernamentales para fines personales, por lo que al entrar al trabajo no podrán tener contacto con el exterior en ningún momento. No decimos que tengan que estar más pendientes del smartphone, Apple Watch o similares que de su trabajo, pero es normal que este veto les enfade.
