Los estudios que analizan los hábitos de consumo han demostrado en los últimos años que los usuarios de Apple se caracterizan por ser unos rebeldes con dinero. Es decir, que incluyen a gente que va contra corriente a la hora de posicionarse frente a eso que se ha denominado “freemium”.
Pese a que el nombre pueda sonar a broma, el freemium es una estrategia de negocio bien conocida por todos: ofrecer servicios gratuitos para cobrar por otros especiales o mejorados, free + Premium.
Este sistema, sin embargo, parece que no es el ideal para conquistar a muchos amantes de Apple. La pantalla del iPhone es el último ejemplo de que hay quien pagaría más a cambio de un mejor servicio. Mientras que un tercio de los usuarios de Android compraría un iPhone si la pantalla fuera mayor, el mismo estudio (una encuesta de RBC Capital Markets) revela que la mitad de los consumidores que quiere cambiar su teléfono móvil en los próximos tres meses, está pensando en comprar un iPhone y de ellos una cuarta parte pagaría hasta 100$ más si la pantalla fuera más grande.
Independientemente de que Apple haya tomado nota de estos datos y ya esté preparando el iPhone 6 en consecuencia, la cuestión es que estas opiniones ponen de manifiesto las diferencias entre los que consumen Android y los que prefieren Apple. Aunque los usuarios de Android pensarían en pasarse a iPhone si tuviera mayor pantalla, la razón principal por la que no lo hacen es el precio. Para los de Apple el precio no es un problema.
Los usuarios de Apple no se rinden al “todo gratis” y están dispuestos a pagar si merece la pena. Algunos incluso se declaran abiertamente opositores del “freemium”. En servicios como música o vídeo en streaming se quejan de la publicidad invasiva pero hacen especial hincapié en la industria del juego –sí, puede resultar extraño pero hay quien se queja de que se pueda jugar gratis.
El problema de los juegos gratis es que muchos sacrifican la calidad por la cantidad y, más importante, que realmente no son gratis. Al final acabas pagando por extras o por la posibilidad de seguir evolucionando en el juego para no quedarte estancado.
La excepción a este tipo de juegos freemium serían aquellos que ofrecen cierta posibilidad de profesionalización, que pueden llegar a ser algo más que entretenimiento. Nos referimos a juegos como el póker online que, en realidad, forman una industria en sí mismos. Estas aplicaciones no tienen ningún coste; teniendo la posibilidad de acceder a torneos gratis aunque si lo deseas también puedes competir con dinero real. Una especie de tercera vía que ofrece la opción de gastar o no sin sacrificar la calidad del juego, ya que el soporte es el mismo.
Los usuarios de Apple se situarían en esa tercera vía. Gratis sí pero sin condiciones; si voy a tener que perder calidad, aguantar publicidad indeseada o acabar pagando igualmente, prefiero hacerlo desde el principio.
El que compra Apple sabe lo quiere y cómo lo quiere. Este gráfico de Flurry Analytics y Apple App Store demuestra el espectacular crecimiento de las aplicaciones gratuita;, sin embargo, en esta misma encuesta de finales del año pasado también se indicaba que los usuarios de Apple gastaban más del triple por aplicación que los de Android.
Mientras la media de gasto por aplicación para los seguidores de Apple es de 19 céntimos, los de Android sólo se gastan 6, y además los que usan iOS compran más.Es algo así como pensar “si me compro un Ferrari no le voy a poner gasolina de la mala”.
Hasta tal punto es así, que esta tendencia afecta incluso a servicios que no tienen que ver con las aplicaciones móviles. El Wall Street Journal desató una pequeña guerra mediática hace un par de años, cuando estos hábitos de consumo se empezaban a conocer, al publicar que el comparador de hoteles Orbitz mostraba distintas ofertas dependiendo de si el que buscaba utilizaba Mac o Windows.
El salario medio, en EEUU, de un propietario de Mac es de 98.560$ por los 74.452$ que gana el de Windows. Esto hace que un usuario de Mac esté dispuesto a pagar hasta un 30% más por noche y tenga un 40% más de posibilidades de reservar en hoteles de 4 o 5 estrellas. Así que, de acuerdo con Orbitz, no es que no mostrasen las mejores ofertas a los de Mac sino que en sus búsquedas aparecían también hoteles que los de Windows simplemente ni se plantearían mirar. Al final parece que Mac y Windows son más que dos sistemas operativos.