Apple mueve ficha con un proyecto que llevaba años rondando los titulares: un MacBook Pro con pantalla táctil. Diversas fuentes con buen historial —entre ellas Mark Gurman y Ming‑Chi Kuo— apuntan a que los prototipos ya están en marcha y que su lanzamiento se sitúa entre finales de 2026 y principios de 2027.
El plan no implica convertir el Mac en una tableta: el equipo mantendrá teclado y trackpad completos, mientras que el panel táctil servirá como método adicional para gestos puntuales, ajustes rápidos o desplazamientos. La estrategia, por ahora, es limitar la novedad a la familia Pro y observar la respuesta del mercado antes de extenderla a otros modelos.
Diseño, pantalla y ergonomía: lo que cambia

El nuevo portátil profesional de Apple apostará por pantalla OLED, lo que supondrá la primera vez que esta tecnología llegue a un Mac. Se espera un chasis más fino y ligero, marcos reducidos y la eliminación del notch en favor de una cámara integrada en un orificio al estilo Dynamic Island. Las configuraciones seguirían en 14 y 16 pulgadas.
Internamente, los equipos se identifican con los nombres en clave K114 y K116. Además de adelgazar el conjunto, Apple ha diseñado una bisagra reforzada y un hardware de pantalla más rígido para minimizar el movimiento o “rebote” al tocar la pantalla, una queja común en portátiles táctiles de otras marcas.
La interacción táctil no busca reinventar macOS, sino complementar su uso. Muchos controles del sistema —como los del Centro de Control— ya siguen patrones cercanos a iOS y iPadOS, por lo que gestos como desplazarse, mover ventanas o ajustar deslizadores con el dedo encajan de forma natural sin forzar una experiencia 2‑en‑1.
En rendimiento, los modelos incorporarían la línea de chips M6, con el objetivo de dar un salto en potencia y eficiencia cuando lleguen al mercado. Este cambio de generación encaja con el calendario filtrado para el final de 2026 o el inicio de 2027.
El coste de los componentes —especialmente la pantalla OLED y el nuevo sistema de bisagra— empujará previsiblemente el precio al alza: se habla de varios cientos de euros/dólares más respecto a los MacBook Pro actuales de características similares.
Estrategia, contexto y hoja de ruta

La compañía adoptará un enfoque prudente: primero, gama Pro; después, y solo si la acogida es positiva, posibles ampliaciones al resto del catálogo. Es un patrón habitual en Apple cuando introduce funciones de calado, priorizando sus dispositivos más avanzados.
El giro es significativo si se mira atrás. Steve Jobs llegó a afirmar que “las superficies táctiles no quieren ser verticales”, y Tim Cook comparó fusionar portátil y tableta con unir una tostadora y un frigorífico. El intento intermedio fue la Touch Bar de 2016, finalmente retirada por su tibia aceptación.
El mercado también ha madurado. Tras la explosión de portátiles táctiles impulsada por Windows 8, el sector viró hacia propuestas más acabadas y de gama alta. Apple habría esperado a que la tecnología —paneles OLED, bisagras y software— estuviera suficientemente pulida para dar el paso con su propio enfoque.
En paralelo, la frontera entre iPad y Mac se ha hecho más difusa: interfaces más cercanas, chips de arquitectura compartida y ecosistemas de apps cada vez más entrelazados. Con la demanda de tabletas más fría, un MacBook Pro táctil encaja como respuesta a nuevos hábitos de uso sin renunciar al teclado y el trackpad.
En el corto plazo no se esperan otros Mac con pantalla táctil en desarrollo activo. Apple también baraja, a más largo plazo, cambios como el salto de Touch ID a Face ID en el Mac, aunque esa transición no sería inminente. Mientras tanto, la propia gama Pro seguiría iterando con chips de nueva generación hasta la llegada del modelo táctil.
Si todo avanza como señalan las filtraciones, los próximos años traerán un MacBook Pro que combina OLED, diseño más esbelto y cámara sin notch con un sistema táctil pensado para el día a día, soporte de chips M6 y un precio más elevado. Un movimiento medido que busca sumar opciones de interacción sin alterar la esencia del portátil profesional.