La inminente llegada de macOS 27 supone un punto de inflexión en la historia de los ordenadores de Apple. Con este lanzamiento, la compañía no solo cierra la puerta al soporte para los Mac con procesador Intel, sino que también introduce cambios importantes en la gestión de copias de seguridad y en la arquitectura del sistema, marcando un antes y un después para usuarios y desarrolladores por igual.
Desde hace años, Apple viene realizando una transición progresiva hacia su propia familia de procesadores Apple Silicon. Si bien los modelos Intel han seguido recibiendo algunas actualizaciones y parches, macOS 27 establece un corte definitivo, reservando todas las futuras novedades y mejoras únicamente para los equipos con chips M1, M2, M3 y sucesivos. Estos cambios afectan a nivel de compatibilidad, funciones y también a las posibilidades de extender la vida útil de equipos antiguos mediante métodos alternativos.
Adiós oficial a los Mac con Intel
macOS 27 será exclusivo para ordenadores con Apple Silicon. Esto significa que a partir de su lanzamiento, previsto para otoño de 2026, ningún Mac con procesador Intel podrá instalar la nueva versión del sistema operativo. El soporte para Intel desaparece completamente, tal y como Apple anunció de forma sutil durante la WWDC, eliminando incluso todo el código relacionado con la arquitectura x86_64 del kernel y de los binarios. De esta manera, se pone fin a más de 15 años de historia compartida con Intel en el ecosistema Mac.
Esta decisión afecta especialmente a comunidades como la de OpenCore Legacy Patcher y los usuarios de Hackintosh. Hasta ahora, estas iniciativas permitían ejecutar versiones modernas de macOS en equipos antiguos u ordenadores no fabricados por Apple, gracias a complejos parches y trabajo de ingeniería inversa. Sin embargo, con la desaparición del soporte para Intel a nivel de código, ya no será posible adaptar futuras versiones para hardware no oficial. Para muchos, esta transición cierra una etapa de creatividad técnica y pasión por el universo macOS.
Los últimos modelos de Mac con Intel que aún pueden instalar macOS 26 Tahoe serán los únicos que recibirán actualizaciones de seguridad durante aproximadamente tres años más, hasta 2029. Ya no habrá grandes novedades ni funciones nuevas, y herramientas de compatibilidad como Rosetta 2 dejarán de estar disponibles a medida que lleguen las siguientes actualizaciones, acelerando la migración hacia hardware de nueva generación.
Time Capsule y AFP: fin de una solución clásica de copias de seguridad
Otro de los grandes cambios que introduce macOS 27 es el cese de compatibilidad con AirPort Time Capsule y discos de red que empleen el Protocolo de Archivo de Apple (AFP). Aunque la gama AirPort fue discontinuada hace años, muchos usuarios seguían utilizando Time Capsule para realizar copias de seguridad automáticas mediante Time Machine. La beta de macOS Tahoe ya incluye avisos en la configuración advirtiendo que estos dispositivos y sistemas dejarán de funcionar con la siguiente actualización principal.
La razón principal es la eliminación completa del antiguo protocolo AFP, en favor de tecnologías más seguras y modernas como SMB. Desde hace varias versiones, Apple recomienda migrar a discos duros externos formateados en APFS o a soluciones en la nube compatibles con estándares actuales de seguridad y privacidad. La consecuencia directa es que quienes aún dependan de Time Capsule tendrán que buscar alternativas antes de actualizar a macOS 27, ya que las copias de seguridad dejarán de ser compatibles y podrían perderse en caso de no planificar la transición.
Este enfoque de Apple responde tanto a la necesidad de elevar la protección de los datos, como a la intención de modernizar y simplificar su ecosistema. Para los dispositivos más antiguos, que ya no reciben actualizaciones de seguridad, la continuidad de uso conlleva un riesgo añadido. Se recomienda no solo actualizar hardware, sino también modificar los procedimientos de respaldo para garantizar la integridad de los datos.
El fin de OpenCore Legacy Patcher y la comunidad Hackintosh
La imposibilidad de usar OpenCore Legacy Patcher o sistemas Hackintosh con la nueva versión se vuelve definitiva. Este ecosistema ha permitido a miles de usuarios mantener en marcha equipos antiguos o PCs no fabricados por Apple, extendiendo así la vida útil de Macs obsoletos y facilitando la ejecución de macOS en hardware no oficial. Sin embargo, la eliminación del soporte para Intel en macOS 27 hace inviable este tipo de modificaciones: “no puedes parchear un código que ya no existe”.
La transición a una única arquitectura ARM, sin compatibilidad con formateo x86, elimina cualquier posibilidad de emulación o parcheo efectivo. La idea de emular Apple Silicon sobre un procesador Intel, además, resulta poco realista por sus elevados requisitos de rendimiento. Esto cierra definitivamente la puerta a las soluciones alternativas que muchas comunidades habían desarrollado para prolongar la compatibilidad.
Este cambio marca el fin de una etapa para quienes confiaron en la creatividad y el trabajo de la comunidad Hackintosh y OCLP. Aunque su trabajo ha sido fundamental para democratizar el uso de macOS en hardware no oficial, el calendario y las decisiones de Apple consolidan el paso a un ecosistema exclusivamente ARM, poniendo fin a esa etapa de innovación técnica y rebeldía.
Consecuencias para usuarios y recomendaciones
A la vista de estos cambios, es fundamental que los usuarios de Mac planifiquen con antelación su transición si utilizan dispositivos Intel o soluciones de copia de seguridad como Time Capsule. Los que aún usen hardware basado en Intel dispondrán de actualizaciones de seguridad limitadas durante unos años, pero sin acceso a nuevas funciones o compatibilidad futura.
Se recomienda migrar lo antes posible a discos externos compatibles con los protocolos actuales de macOS o a servicios en la nube para evitar interrupciones o pérdida de datos. Para aplicaciones y flujos de trabajo específicos, es importante verificar si existe soporte para ARM y explorar alternativas en caso de no ser compatible.
La comunidad que mantenía equipos antiguos mediante OCLP o Hackintosh deberá aceptar que macOS 26 Tahoe será la última versión compatible con sus soluciones. Este cambio refleja la consolidación del ecosistema Apple Silicon, que impone mayores estándares de compatibilidad y seguridad, dejando atrás definitivamente los métodos tradicionales.
macOS 27 representa una nueva etapa para Apple, consolidando su control sobre el ecosistema y abriendo paso a futuras innovaciones. La eliminación del soporte para Intel, la desaparición del kernel x86_64 y el fin de Time Capsule muestran una estrategia clara de evolución hacia un entorno totalmente ARM, que requiere adaptación por parte de los usuarios y, en muchos casos, la sustitución de hardware y métodos históricos.