El año pasado el día del lanzamiento del iPhone 5 me acerqué al Apple Store para comprarlo, llegué como a las 12:00 PM, una vez allí, estuve como tres cuartos de hora decidiendo el color que iba a escoger, el blanco era precioso, pero el negro, con esa manzanita en negro. Finalmente, tras 45 minutos de tocar, ver, mirar, etc. me decidí por el negro, pero cuando fui a pedirlo, estaban agotados, no había ni blanco, ni negro, ni nada. Conseguí mi iPhone 5 negro más de un mes después.
Esta vez no me pasa, pensé, quiero mi iPhone el primer día, y me han informado que el modelo que yo quiero es el más demandado, es decir que tocaba madrugar.
Llegué al Apple Store de Gran Plaza 2 de MajadaHonda en Madrid sobre las 03:30, sí, has leído bien, a las tres y media de la madrugada del viernes 25, y sabéis una cosa, no fui el primero, y tampoco lo esperaba.
¿Que lleva a una persona hacer semejante locura?, respondiendo con sinceridad, no lo sé, me gusta pensar que simplemente quería vivir la experiencia, pues de otra forma deberíamos entrar a examinarme de forma más profunda, y no estoy por la labor, el caso es que allí estaba, y como digo: no estaba sólo.
Al llegar a Gran Plaza 2 en la calle había un vigilante que te indicaba dónde tenías que ir, todos los accesos al Centro Comercial estaban cerrados menos uno, el de la zona de restauración, pero para que los más madrugadores no nos perdiéramos, habían señalizado todo con vallas y cintas, es decir, hicieron un recorrido desde el parking exterior hasta la puerta de entrada, no había pérdida hasta la entrada. ¡Que despliegue! pensé, pero en parte es normal, íbamos a “Comprar Oro”.
Al llegar ya había bastante gente, todos tumbados en sofás, paseando, en la calle… y entonces pensé: ¿Dónde está la cola? En realidad no había ninguna cola, unos jóvenes me indicaron que alguien tenía un rotulador y que tenían que ponerme un número, busqué a la persona y me «marcaron» con el número 28. ¡Vaya! pensé ¿Esto es todo? Todavía quedaban un par de sofás libres, así que me acomodé en uno de ellos a esperar.
De vez en cuándo salía alguna conversación, además, una musiquita bastante llamativa de uno de los cochecitos para niños de una zona infantil, hacía imposible pegar ojo.
Las horas fueron pasando, hasta que a las seis de la madrugada salieron dos empleados de Apple, muy amablemente nos indicaron que nos invitaban a tomar un desayuno en la única cafetería que estaba abierta a esas horas, nos entregaron una tarjeta que yo canjee por un café y una napolitana de chocolate. Además de invitarnos al desayuno, el empleado de Apple nos dijo que a las siete o así comenzarían a organizar la cola por número.
¡Qué bien organizado estaba todo!, en parte a Apple, pero el gran mérito de esta organización es de los que estuvimos allí, de las personas que fuimos a pasar la noche para hacernos con el iPhone en el día de su lanzamiento, y seguimos escrupulosamente el «protocolo» establecido: al entrar te ponían el número, y te quedabas con el rotulador, cuándo entraba otra persona eras el encargado de ponerle el número e indicarle que debía hacer lo mismo con la siguiente persona que entrase, y esto fue la clave de todo, cada uno con su número y los empleados de Apple harían la cola siguiendo esa numeración.
A partir de las siete empezó a llegar bastante gente, y cuándo yo me fui todavía seguían llegando, e iban ya por el número 136.
A las ocho menos cuarto un empleado de Apple empezó a explicarnos todo el procedimiento, sólo podríamos comprar 2 iPhones 5S por persona, si queríamos más debíamos coger otro número y esperar otra ronda; del modelo 5C no había restricción, de hecho allí ya éramos unas cien personas y el empleado de Apple nos preguntó que quien quería ese modelo y sólo una persona levantó la mano.
El modelo más demandado fue el color Oro, el menos el Gris Espacial. La mayoría que estábamos allí íbamos a “Comprar Oro”, el stock de este modelo era de unos 35 por cada capacidad, hay que recordar que muchos países en el día del lanzamiento no disponían de este modelo, y que en EEUU todavía hay rotura de stock, ¡es la fiebre del Oro!
A las ocho de la mañana, empleados de Apple empezaron a formar la fila por la numeración, y allí estábamos, haciendo cola por fin, después, uno por uno nos preguntaban que modelos queríamos comprar, y en base a la elección nos entregaban unas tarjetas con los modelos deseados.
A las ocho y cuarto los empleados de Apple empezaron a aplaudir, a vitorear, a animar, en fin ya sabéis a que me refiero, y fuimos entrando a por nuestro codiciado iPhone.
Realmente la experiencia es muy agradable, yo no dormí, pero podría haberlo hecho, pues no hubo tensión, no hubo malos rollos, sólo una organización increíble por parte de todos.
Al final pude conseguir mi iPhone el día del lanzamiento, tuve que madrugar un poco, pero por la experiencia y el resultado mereció la pena.
Y todavía me pregunto por las razones de semejante locura, quizá el motivo es que cada día recuerdo las palabras que alguien dijo una vez:
“Stay Hungry, Stay Foolish”.
Un artículo estupendo compañero. La primera, y única vez que hice cola, fue para comprar el iPad Mini…y me fuí sin él jaja. Enhorabuena!!!!
Muy bueno el artículo! Qué envidia!
Estupendo articulo yo el año pasado m paso lo mismo enhorabuena
A mi me gusta los productos Apple, pero me parece muy freak no poder tan siquiera esperar una o dos semanas. Además la parafernalia que te aplaudan, como si te hubiera tocado un premio no la entiendo. Por último; a lo que Steve se referia, seguir hambrientos seguir alocados no era que se te fuera la vida en sus productos, si entendiste eso nose. Aún así me encanta Apple!
alguien me puede decir cuando traen mas stock en gran plaza 2 y si en algún otro sitio de Madrid hay stock ,agradecería que me diga el lugar…
Pues estoy igualque tu, en parquesur se que no hay nada, sabes si hay algun lado?