No vais a encontrar en este breve post nada parecido a lo que habéis imaginado nada más leer el título; no vais a encontrar aquí la enésima recopilación de todo cuanto podemos hacer con el reloj de la manzana ni tampoco un resumen de sus características, porque en esta ocasión os hablaré simplemente de sensaciones, de lo que alguien que era, y sigue siendo, un tanto escéptico respecto del Apple Watch, ha sentido al acudir a una tienda, tocarlo, sentirlo y llevarlo unos minutos en su muñeca.
Apple Watch = arte + tecnología
Si me habéis leído en otras ocasiones sabréis de mi escepticismo ante el Apple Watch y ante cualquier smartwatch tal y como hasta el mismo día de hoy los conocemos. No expondré aquí mis razones, ya lo he hecho en otros artículos y he prometido no hablar ni de funciones ni de todo cuanto puedes hacer, o no, con un Apple Watch. Aquí no hablo de utilidad, hablo de sensaciones. Lo que os quiero contar es la gran diferencia entre ver el Apple Watch en vídeos y fotografías, y ver el Apple Watch en directo.
El pasado lunes acudí junto a un amigo y previa cita concertada a la Apple Store Nueva Condomina de Murcia y allí un chico súper amable y atento, pero no pelota, del que siento mucho no recordar su nombre, especialmente si por casualidad acaba leyendo ésto, me permitió probarme no dos, como en principio se ha fijado, si no hasta cuatro Apple Watch.
Probé el Apple Watch Sport space grey en sus dos tamaños, 38mm y 42mm, y el Apple Watch de acero inoxidable con la correa Milanesse Loop y con la correa de piel azul noche magnética.
Apple Watch Sport Space Grey
El Apple Watch es robusto, hablo de los dos modelos sin hacer distinciones, y cuando te lo colocas en la muñeca, simplemente te encanta y lo quieres. Es el secreto de Apple, hacer cosas tan bellas y tan bien acabadas que te fascinan tanto que ya no importa si lo necesitas o no, si le sacarás utilidad o no, simple y llanamente, lo quieres.
Las pulseras o correas, en este caso la Sport, la Milanesse Loop y la de piel magnética, son una pasada. Su acabado no puede definirse de otra forma que perfecto. En el caso de la Sport, al ser una correa «de agujeros» podría se que te quedes entre uno u otro agujero; esto no ocurre con las magnéticas; su adaptación a la muñeca es ideal, permiten llevar el reloj de una forma terriblemente cómoda, casi como si no llevaras nada, salvo por el detalle de que no dejas de mirarlo. La pulsera Milanesse Loop es de un diseño asombrosamente bello, muy muy superior a la de eslabones de acero, mucho más «normal» por así decirlo, aunque esto es una simple cuestión de gustos.
Apple Watch con Milanese Loop
En cuanto al tamaño del Apple Watch, hay quien piensa que 38mm es pequeño y que 42mm es grande. ¡Error fatal! Esto sólo dependerá del tamaño de tu muñeca. En mi caso, aunque estéticamente me queda mejor el Apple Watch de 38mm pues mis muñecas son de risa, el modelo de 42mm no se ve en absoluto grande si bien, debido a que me sobresale demasiado el hueso de la muñeca (el situado justo al final del cúbito), debería llevar este modelo de mayor tamaño ligeramente más arriba o de lo contrario, a veces se «montaría» sobre este hueso perdiendo el contacto los sensores con mi piel.
Resumiendo que me enrollo, el Apple Watch es una maravilla de la ingeniería que sólo Apple ha demostrado ser capaz de hacer. Al margen queda su utilidad, sobre la que sigo teniendo mis dudas, sin embargo, después de tocarlo y sentirlo, este aspecto ha quedado al margen. No ha cambiado mi opinión respecto a mi modelo favorito, Apple Watch Sport 38mm space grey, pero si mi opinión respecto a si voy a comprarlo o no. Sigo considerando que su precio es, no caro, si no excesivo (al cambio, en Estados Unidos el precio de partida se sitúa en torno a 310€) pero lo quiero. Lo quiero porque es una obra de arte moderno, porque confirma la unión entre la belleza del arte y la tecnología que siempre persiguió Jobs.
Te daré un consejo, si tienes dudas y no quieres gastar dinero, no vayas a probar el Apple Watch, y si lo haces, deja la cartera en casa.
Es simplemente espectacular. El Apple Wacht