La implementación de las eGPU en macOS permite a los usuarios que requieran gran cantidad de gráficos, trabajar con el MacBook Pro sin problema alguno. Está pensada para editores de video, fotografía, desarrolladores, pero también para hacer un verdadero equipo para videojuegos.
En las ultimas horas conocemos la prueba de jugar a Fortnite en una pantalla LG Ultrafine 5k, ejecutado en un MacBook Pro de 2018, con pantalla de 13 pulgadas y la ayuda de la Blackmagic eGPU. El nuevo procesador Intel i5 de cuatro núcleos es una garantía de rendimiento. En cambio, la capacidad gráfica del nuevo MacBook Pro apenas ha progresado.
En la prueba se ha utilizado una resolución 5120×2880, con una configuración alta de gráficos. La primera impresión es una calidad de gráficos altísima, así como una fluidez correcta. Con esta resolución, podemos obtener entre 30 y 32 fotogramas por segundo. Este cifra en 5k proporciona gran realismo. La razón es evidente, pues el 5k tiene prácticamente el doble de megapixeles que la resolución de 4k.
Con esta máxima resolución, la única parte negativa es el consumo excesivo de recursos, que hace que los ventiladores del MacBook Pro trabajen de forma continua. Por lo tanto, una solución es reducir la calidad de los gráficos. Con ajuste medio y 5k, el aspecto es prácticamente le mismo, en cambio, los ventiladores dejan de trabajar. En este momento, la frecuencia de fotogramas es de 40 por segundo, más que suficiente con esta resolución.
En cambio, otras pruebas se han realizado bajando la resolución a 4k, tanto en el monitor de LG como otros monitores 4k. El resultado es algo más pobre, aun cuando es posible ejecutar el juego en 50 o incluso 60 fotogramas por segundo. La imagen resulta algo borrosa, más que optima para la mayoría de los jugadores, pero no es la misma calidad extrema que vemos en el monitor 5k. Quizá lo más representativo de la prueba es la capacidad de la eGPU Blackmagic para trabajar sin que tengan que encenderse los ventiladores de forma constante, señal de su alta calidad.