El debate sobre si el iPad puede sustituir a un ordenador está más presente que nunca gracias a las últimas mejoras en iPadOS 26 y a la aparición de nuevos modelos con hardware cada vez más potente. La distancia entre tablet y portátil tradicional se ha acortado notablemente, lo que lleva a muchos a plantearse si el iPad es suficiente para tareas de productividad e incluso para un uso profesional.
Este avance no ha surgido de la noche a la mañana. Apple ha ido perfeccionando el iPad a lo largo de los años, tanto a nivel de diseño como de software. Ahora, la experiencia es mucho más cercana a la de un ordenador, aunque la marca sigue defendiendo que ambos dispositivos deben ocupar espacios diferenciados en su catálogo.
Multitarea avanzada y gestión de ventanas: el salto con iPadOS 26
La llegada de iPadOS 26 ha marcado un antes y un después en el uso del iPad como alternativa al portátil. El nuevo gestor de ventanas es ahora mucho más flexible e intuitivo, permitiendo mover, redimensionar y apilar aplicaciones sin tantas limitaciones. Además, se ha introducido un modo Exposé que facilita la visualización de todas las apps abiertas, y un menú de estilo Mac, acercando todavía más la experiencia a la de macOS.
Según filtraciones recientes, Apple habría rediseñado el sistema operativo para que el trabajo con varias aplicaciones sea tan fluido como en un ordenador. Por primera vez, el renderizado de vídeos en segundo plano y otras tareas exigentes son posibles desde el iPad, y la gestión de ventanas no resulta un impedimento. Estos cambios responden a demandas históricas de los usuarios y posicionan al iPad como una herramienta capaz de abordar tareas más complejas.
Sin embargo, Apple insiste en que, pese a las similitudes, no pretende fusionar los dispositivos. Craig Federighi, responsable de software en la compañía, ha dejado claro en entrevistas recientes que el objetivo es inspirarse mutuamente entre iPad y Mac, pero manteniendo la identidad de cada producto. El iPad puede adoptar elementos del Mac, pero sin dejar de ser una tablet pensada para el uso táctil y la portabilidad.
El futuro: iPad más grandes y la idea de la convergencia
La aparición de rumores sobre iPad aún más grandes, de hasta 15 o incluso 19 pulgadas y con formato plegable, apunta a que Apple explora nuevas vías para que su tablet se convierta en un centro de trabajo móvil. Varios analistas y filtradores señalan que, en los próximos años, podríamos ver dispositivos que compartan aún más funciones con los Mac y que lleguen a montar un sistema operativo unificado, especialmente adaptado a cada factor forma.
Aunque la compañía sigue defendiendo que los Mac conservarán ciertas ventajas, como una mayor potencia en tareas exigentes, pantallas más grandes o mejor autonomía, el iPad se refuerza en aspectos como la portabilidad, el uso táctil y la compatibilidad con accesorios como el Apple Pencil Pro o el Magic Keyboard, que permiten transformar la tablet en un dispositivo muy versátil.
La próxima generación de iPad Pro y Air ya integra chips tan avanzados como el Apple Silicon M4, que igualan e incluso superan en algunos aspectos a los portátiles ligeros. Se ha mejorado la autonomía y, en los modelos más potentes, la pantalla OLED y el diseño ultraligero permiten llevar el dispositivo y trabajar desde cualquier lugar. Este avance refuerza su utilidad para quienes buscan movilidad y rendimiento en un solo equipo, aunque el precio de estas configuraciones también es elevado, similar al de un portátil de gama alta.
Ventajas y límites del iPad como ordenador
Utilizar el iPad como ordenador trae consigo pros y contras. Entre las ventajas más destacadas se encuentran su ligereza y portabilidad, ideales para quienes necesitan un equipo fácil de transportar y con autonomía suficiente para el día a día. Además, el sistema operativo se ha optimizado para el trabajo multitarea, y el uso de accesorios facilita escribir, dibujar o editar contenido con comodidad.
Por otro lado, aún existen limitaciones en software profesional, especialmente para programas muy específicos que solo están disponibles en macOS o Windows. Aunque la experiencia con teclado externo ha mejorado, no alcanza la misma ergonomía que un portátil habitual, especialmente en tareas largas. El espacio de almacenamiento también suele ser menor que en ordenadores convencionales, aunque hay modelos de hasta 2 TB en el mercado.
Otra diferencia importante son los puertos y conexiones. Aunque los iPad adoptaron el USB-C, continúan teniendo menos opciones de expansión directa que los portátiles tradicionales. Algunas tareas, como conectar varias unidades externas, requieren adaptadores o soluciones inalámbricas. Sin embargo, para funciones como ofimática, navegación o edición ligera, el iPad es capaz de responder de manera efectiva.
¿Para quién es el iPad como ordenador?
La combinación de hardware potente, software cada vez más maduro y accesorios como el teclado y el lápiz hace del iPad una opción relevante para estudiantes, profesionales creativos, trabajadores remotos y usuarios polivalentes. Quienes no necesitan programas muy especializados o un entorno de desarrollo complejo, pueden encontrar en el iPad todo lo necesario para trabajar, estudiar y crear contenido.
En el ámbito educativo, permite tomar apuntes a mano, editar documentos, realizar videollamadas y gestionar tareas en la nube. Para los creativos, la compatibilidad con aplicaciones de ilustración, diseño y edición multimedia se amplía continuamente. No obstante, quienes requieren potencia bruta y conectividad con múltiples periféricos, aún prefieren un portátil tradicional.
La decisión entre un iPad y un ordenador depende en gran medida del tipo de tareas y del presupuesto de cada usuario. La gama actual abarca desde modelos asequibles para consumo de contenido y tareas sencillas, hasta los Pro y Air, diseñados para potenciar la productividad sin sacrificar movilidad.
Con cada actualización, el iPad continúa difuminando su línea con respecto a los ordenadores. Aunque Apple mantiene la visión de coexistencia, la línea que los separa se vuelve cada vez menos definida, apostando por una experiencia híbrida que puede adaptarse a diferentes necesidades según las preferencias de cada usuario.