Qué hacer si se derrama agua en tu Mac: guía paso a paso

  • Corta energía y seca con métodos seguros, evitando calor y arroz.
  • La corrosión puede aparecer días después; vigila signos y acude a un SAT.
  • Daños por líquidos no entran en garantía; piezas originales y buen diagnóstico.
  • Prevención: entorno adecuado, soportes, fundas y copias de seguridad.

Consejos tras derramar agua en un Mac

Cuando un vaso se vuelca y el líquido alcanza el teclado, el corazón se acelera y el pánico se impone. Aun así, hay un protocolo claro que reduce el riesgo de daños y te permite tomar decisiones con cabeza. En esta guía encontrarás pasos inmediatos, errores a evitar y opciones reales de reparación tras mojar un Mac (incluidos MacBook, iMac y Mac mini).

No todo derrame es igual: agua, café, refrescos o salpicaduras salinas provocan efectos distintos con el tiempo. Conocer esas diferencias es clave para decidir si basta con secar y esperar, o si necesitas ayuda profesional cuanto antes. Aquí vas a ver qué hacer al minuto, cómo secar sin empeorar nada y cuándo acudir a un técnico.

Qué hacer al instante tras el derrame

Lo primero es interrumpir la energía y ganar seguridad; sigue los pasos inmediatos. Si el equipo está encendido, mantén pulsado el botón de encendido hasta que se apague. No te entretengas en guardar documentos ni cerrar apps; cada segundo cuenta para evitar cortocircuitos.

Desconecta el cargador y cualquier periférico: retira auriculares, discos externos, hubs, monitores y cables. En un sobremesa, corta la corriente desde la regleta o el interruptor; en un portátil, desenchufa de inmediato y déjalo sin energía.

Si el derrame ha tocado la toma de corriente o enchufe, asegúrate de que es seguro. En caso de duda, desconecta la alimentación desde el cuadro antes de tocar nada para evitar riesgos eléctricos mayores.

Coloca el equipo en una superficie estable y seca. Para portátiles, es útil adoptar la clásica “V invertida”: abre la pantalla en un ángulo cómodo y sitúa el MacBook como un libro boca abajo, de modo que la gravedad ayude a drenar por el teclado y rejillas, alejando el líquido de las áreas más sensibles.

Evita movimientos bruscos. Agitar el equipo para “sacar” agua es tentador, pero moverlo puede repartir el líquido hacia zonas críticas de la placa, conectores o batería, ampliando el daño potencial.

Secado correcto tras mojar un Mac

Drenar y secar con cabeza (sin agravar la avería)

Empieza por retirar el exceso visible con papel absorbente o un paño de microfibra. Sin presionar en exceso, levanta suavemente la humedad de teclado, superficie y pantalla, y usa bastoncillos en esquinas y alrededor de teclas o puertos. Consulta consejos sobre limpieza segura del Mac si dudas sobre materiales o productos.

Facilita el secado pasivo. Coloca el Mac sobre un material absorbente limpio (toalla o paños) y déjalo reposar entre 24 y 48 horas. Si tienes ventilación natural o un ventilador de aire frío, acelera el proceso con flujo de aire suave, nunca caliente.

Evita fuentes de calor directo: no uses secador, radiadores ni calor intenso. Tampoco expongas el equipo al sol directo. El calor puede deformar plásticos, dañar adhesivos y provocar condensación en el interior.

Con humedad persistente, recurre a métodos adecuados. Las bolsitas de gel de sílice son útiles para absorber, pero no metas el Mac en arroz. El arroz no es eficaz y puede dejar polvo o residuos que empeoren el problema.

Si el derrame fue significativo, mantén el portátil boca abajo en “V” y renueva los paños si ves humedad. Recuerda que la paciencia es parte de la reparación: encender antes de tiempo es uno de los peores errores.

Errores comunes y mitos peligrosos

No enciendas “para probar”. Aunque parezca que todo está seco por fuera, pueden quedar gotas en la placa o conectores. Encender en ese estado acelera la corrosión y multiplica el riesgo de corto.

Evita “trucos” no verificados. Remedios caseros con calor, alcohol a lo loco o soplar con aire a presión muy cerca de puertos pueden empujar líquido al interior o dañar componentes. El aire comprimido, si se usa, que sea de forma suave y con distancia prudente.

Atajo de sonido para expulsar agua de altavoces. Existen atajos que emiten un tono que ayuda a desalojar gotas de las rejillas de altavoces. Úsalo con moderación, sabiendo que solo sirve para esa zona y no sustituye el secado interno.

No muevas el portátil de un lado a otro “para escurrir”. El líquido seguirá el camino de menor resistencia y podrías llevarlo justo a la batería, la placa base o los conectores, creando una avería mayor.

No limpies con cualquier producto. Si más adelante se requiere limpieza interna, se emplea alcohol isopropílico adecuado y agua destilada, pero con el equipo completamente desconectado, batería retirada (si es posible) y sabiendo lo que se hace.

¿Cuándo intentar encender y qué vigilar?

Pasadas al menos 48 horas (más si la cantidad de líquido fue alta), valora cuidadosamente si es razonable la prueba. Primero, asegúrate de que no hay humedad visible en teclas, puertos y rejillas.

Si decides intentar el arranque, hazlo sin cargador conectado al principio. En el arranque escucha con atención: ruidos extraños, chasquidos o chispas son señales de alerta. Ante cualquier signo anómalo, apaga de inmediato.

Puede ocurrir que el Mac arranque y funcione aparentemente bien. Eso no garantiza que no queden secuelas: la corrosión puede progresar días o semanas después, generando fallos repentinos de teclado, trackpad o reinicios esporádicos.

Si no arranca o se comporta de forma errática, acude a un servicio técnico cualificado. En un SAT autorizado o especializado en Apple podrán diagnosticar el alcance del daño por líquidos antes de que la corrosión empeore.

Si estás en casa y no tienes acceso inmediato a un taller, puedes valorar un reinicio del controlador de gestión del sistema (SMC) más adelante, pero solo si estás completamente seguro de que no queda humedad en el equipo.

Qué componentes suelen verse afectados

Prácticamente todo componente expuesto a electricidad y humedad puede fallar. Entre los más vulnerables están la placa base y los conectores, por la densidad de circuitería y la corriente presente incluso en reposo.

También es habitual el deterioro en teclado, trackpad y altavoces, por su exposición directa. Los micrófonos y las antenas pueden sufrir pérdidas de calidad o fallos intermitentes por residuos o corrosión.

En pantallas, el problema puede aparecer como sombras, líneas o brillo irregular cuando el líquido alcanza el cableado o la retroiluminación. Las Touch Bar (en modelos que la incorporan) tampoco son inmunes al daño.

Los puertos (USB-C/Thunderbolt, jack, HDMI) son sensibles a la oxidación. La presencia de sales o azúcares acelera la degradación y provoca mal contacto, falsos positivos o desconexiones de periféricos.

La batería puede hincharse o perder capacidad si el líquido llegó a sus celdas o a su circuito de protección. En ese caso, lo prudente es sustituirla tras una evaluación técnica.

El papel del líquido: agua, refrescos, sal y corrosión

El agua limpia y el té o café sin azúcar son, dentro de lo malo, lo menos agresivo químicamente. En cambio, refrescos azucarados, vino o bebidas pegajosas dejan residuos conductores que aceleran fallos.

La sal es especialmente peligrosa: el agua salada deja restos que incrementan la conductividad entre pistas y favorecen cortocircuitos y corrosión rápida.

La corrosión empieza casi de inmediato. Con electricidad, metal, agua y oxígeno, los metales migran y se oxidan, afectando cobre, soldaduras y componentes SMD. A veces el Mac funciona unos días y luego muere: es típico de una corrosión que progresa.

Por eso, aunque un arranque temprano parezca prometedor, no te confíes. Sin una limpieza adecuada, los residuos seguirán haciendo daño en segundo plano hasta provocar la avería.

Si el vertido fue mínimo y actuaste rápido, puede no pasar a mayores. Pero siempre que sospeches entrada de líquido, valora una revisión, ya que la oxidación diferida es un riesgo real.

Reparación profesional, garantía y coberturas

La garantía legal de Apple no cubre daños por contacto con líquidos. Es estándar en la industria: se considera causa externa y queda fuera del amparo de fábrica.

Los Mac incorporan indicadores internos de humedad (LCI) que cambian de color con el líquido. Eso permite a un técnico detectar exposición a agua aunque el problema se manifieste más tarde y no parezca relacionado.

AppleCare+ puede ayudar en incidentes accidentales, pero el daño por líquidos tiene matices: suele no cubrir derrames directos sobre el equipo, aunque podría contemplar ciertas afecciones limitadas por condiciones ambientales.

Si necesitas reparar, el soporte técnico oficial o un SAT autorizado sigue siendo la opción más segura para cambios de placa u operaciones críticas. Emplean piezas originales y ofrecen garantía de reparación. También existen servicios de recogida a domicilio para quien no puede desplazarse.

Hay seguros “a todo riesgo” de terceros que cubren robo, golpes y a veces daño por líquido. Son más caros que AppleCare+, pero pueden resultar interesantes si tu entorno es propenso a derrames.

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¿Y si quieres una reparación avanzada por tu cuenta?

Es posible, pero requiere herramientas, técnica y criterio. Si no tienes experiencia, es mejor no improvisar con un Mac mojado. Aun así, conviene conocer el proceso que siguen los profesionales.

Desmontaje completo: para un diagnóstico serio hay que retirar placas, conectores y módulos con método, evitando nuevos daños. La inspección visual sin abrir no basta.

Herramientas habituales: kit de precisión para electrónica, agua destilada y alcohol isopropílico de alta pureza para limpieza, microscopio estereoscópico para revisar soldaduras, estación de aire caliente, soldador y limpiador ultrasónico para tratar placas con corrosión.

La placa lógica se limpia de forma controlada (ultrasónico) y se inspeccionan componentes SMD que pudieran estar en corto. Si hay piezas dañadas, se sustituyen, algo que exige experiencia en microSoldadura.

Teclado y trackpad suelen requerir reemplazo si hay residuos pegajosos. Las conexiones de pantalla y cableado se revisan en detalle y se decide si compensa sustituir el panel cuando hubo exposición.

La batería debe testearse con rigor: humedad y químicos pueden afectar su seguridad. Si hay dudas, se recomienda cambio preventivo. También se verifica la integridad del SSD o almacenamiento.

La regla de oro: utilizar piezas originales y de calidad. Ahorrar en recambios de origen dudoso termina saliendo caro por fallos intermitentes o incompatibilidades.

AutoServicio de Apple y disponibilidad de modelos

Apple ofrece un programa de reparaciones de autoservicio con herramientas y recambios oficiales para ciertas generaciones. En Mac de sobremesa hay disponibilidad en modelos concretos (p. ej., iMac 24″, Mac mini 2021, Mac Studio 2022), y en portátiles se habilita en ciertos MacBook Air y Pro 2020-2022.

Aun con ese soporte, el daño por líquidos exige asegurar hasta dónde llegó el derrame. Sin diagnóstico certero, podrías comprar piezas que no arreglan el problema o pasar por alto corrosión oculta.

Si dominas el procedimiento y tu modelo es elegible, es viable adquirir herramientas y recambios. De lo contrario, un SAT autorizado es la vía más eficiente y segura.

Servicios y repuestos por correo: qué esperar

Existen tiendas especializadas que venden recambios originales y envío rápido, además de servicios de reparación por correo: eliges el modelo, lo envías, se diagnostica, te dan presupuesto y devuelven el equipo reparado en pocos días.

Los costes dependen de la pieza y el alcance del daño. Como referencia, en algunos catálogos se ven rangos que van aproximadamente de 129,99 $ a 349,99 $ para determinados componentes, aunque el precio real variará por modelo y avería.

Si tu prioridad es el dato, pide diagnóstico por escrito y confirma que se utilizarán piezas originales con garantía. En daños por líquidos, una buena limpieza e inspección son tan importantes como el recambio.

Consejos para evitar otro susto

Cuida el entorno. Apple recomienda usar y almacenar el Mac entre 10 y 35 °C y 0-95% de humedad sin condensación. No respetarlo puede causar problemas que se consideran mal uso.

Organiza tu mesa para minimizar riesgos: mantén bebidas lejos del equipo o usa soportes estables para tazas o botellas. En portátiles, una base elevadora ayuda a que un derrame quede por debajo del chasis.

Si viajas con el Mac, utiliza maletines o fundas con protección y evita compartir compartimento con botellas. Las cubiertas impermeables para teclado pueden darte un plus de tranquilidad.

Ten a mano una toalla pequeña y, si eres de manos inquietas, contempla seguros a todo riesgo que incluyan líquidos. Y, por supuesto, activa copias de seguridad periódicas para blindar tus datos.

Si te ocurre una salpicadura mínima, sécala rápido y observa; y si se moja tu iPad revisa los protocolos específicos del dispositivo. Aun funcionando bien, conviene ser consciente de que podrían aparecer síntomas tardíos. Ante la duda, una revisión técnica es la mejor inversión.

Actuar con rapidez, evitar mitos peligrosos y decidir bien entre esperar, revisar o reparar marca la diferencia entre un susto y una avería seria. Con protocolos de secado prudentes, diagnóstico competente y piezas fiables, las posibilidades de recuperar tu Mac aumentan mucho; y con hábitos de prevención, es más fácil que este incidente no se repita.

iPhone mojado
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