Apple siempre se ha vanagloriado del importe que destina a pagar a los artistas por la música que estos ofrecen sus plataforma de música en streaming. Apple siempre ha tratado de ganar el interés de las discográficas con esa premisa y podríamos decir que en parte le ha ido bastante bien a tenor del número de suscriptores que dispone en la actualidad, 15 millones. Pero además también le está sirviendo para poder llegar a acuerdos con discográficas y artistas para ofrecer antes que nadie nuevos álbumes. El último de ellos el de Frank Ocean. El ofrecer más dinero a los artistas y discográficas por su música, permite a la compañía estar en disposición de negociar lanzamientos en exclusiva, lanzamientos que le costarán una buena cantidad de dinero a la compañía con sede en Cupertino.
Las discográficas quieren estar en todos los medios de música en streaming posibles para poder así rentabilizar más sus producciones. Actualmente Apple está pagando a las discográficas un 58% de los beneficios a las discográficas, mientras que Spotify está pagando un 55%, pero tiene la intención de poder reducir ese porcentaje hasta el 50%. El problema al que se enfrenta Spotify es que las grandes discográficas: Sony, Universal Music y Warner Music quieren que Spotify iguale la cantidad que actualmente está pagando Apple por su servicio de música.
Esto supone un problema para Spotify ya que a pesar de querer entrar en la guerra de las exclusivas, según publicamos hace unos días, no está en disposición de poder exigir cuando su principal intención es rebajar el importe que paga a las discográficas. Está claro que Apple tiene riñón suficiente para poder aguantar esta guerra, una guerra que únicamente puede perjudicar a los usuarios ya que si alguna de estas discográficas decidiera dejar de ofrecer su catálogo en la firma sueca, algo muy poco probable, los usuarios de esta plataforma serían los que sufrirían los daños colaterales de la guerra entre los dos gigantes de música en streaming del panorama actual.
