Ya son unas cuantas personas que le deben su vida al Apple Watch. Yo mismo no estaría vivo, si mi Apple Watch no me hubiera despertado con la alerta de frecuencia baja aquella madrugada cuando mi corazón latía a 25 pulsaciones por minuto.
Hoy explicamos cómo usaron un Apple Watch en un parto prematuro que vino por sorpresa en pleno vuelo transoceánico. El dispositivo sirvió para controlar las pulsaciones del neonato, una vez nacido.
Raymond Mounga nació 11 semanas antes de lo previsto en un vuelo Delta desde Salt Lake City, Utah, a Honolulu, Hawái, el 28 de abril. Su madre, Lavinia Mounga, se puso de parto en pleno vuelo.
Tanto el bebé como la madre tuvieron suerte, ya que un médico y tres enfermeras estaban a bordo, y entraron en acción para asistir al parto mantener al bebé estable hasta que el vuelo aterrizó horas más tarde en Hawái.
El Dr. Dale Glenn, médico de familia en el Centro Médico Straub, ayudó junto a las enfermeras a traer al bebé al mundo, y diseñó un plan de urgencia para mantener al recién nacido prematuro estable tras el parto, hasta que no puediera ingresar en una incubadora para bebés prematuros.
Glenn comentó tras bajar del avión que el instrumental de abordo no era el adecuado para asistir a un bebé prematuro, que nació a las 29 semanas en lugar de las 40 semanas habituales. Así que improvisaron un calentador para mantener la temperatura del crío con calentadores para biberones que estaban en el microondas. También utilizaron un Apple Watch para controlar la frecuencia cardíaca del bebé recién nacido, mientras aterrizaba el avión.
Tras tomar tierra, la madre y el bebé fueron trasladados sanos y salvos al Centro Médico Kapiolani, donde Raymond tendrá que pasar unas semanas en una incubadora hasta que los dos puedan marcharse a casa. Una buena noticia con un final feliz.
