Desde que Craig Federighi nos sorprendió a todos desde el sótano de Apple Park, cuando nos presentó por primera vez el proyecto Apple Silicon, los directivos de Intel tuvieron muy claro lo que se les venía encima. Sabían que iban a perder un gran cliente que les compraba un montón de procesadores y chips varios para sus Macs.
Y poco a poco fueron apareciendo los primeros Macs Apple Silicon con procesadores propios de Apple. Pero dichos dispositivos, aún montaban algunos chips secundarios fabricados por Intel. Pero con el nuevo MacBook Air M2, ya no es así, En su interior ya no queda ningún componente fabricado por los de Mountain View.
Nunca sabremos qué le llevó a Apple a querer borrar a Intel de su listado de proveedores. Muchos son los argumentos que podríamos enumerar para entender los motivos que han tenido en Cupertino para transformar todos sus Macs, todos ellos con procesadores Intel, por unos nuevos, con una arquitectura ARM propia.
Pero llama la atención que la cosa no ha quedado sólo en el procesador. Hasta ahora, todos los nuevos Macs de la nueva era Apple Silicon, ya montaban su propio procesador Apple, ya sea de la primera familia de los M1, o los más recientes M2. Pero en su interior aún había algunos componentes secundarios con chips Intel.
Pero según se ha podido comprobar tras los primeros desmontajes, como el de los chicos de iFixit, el nuevo MacBook Air M2 ya no monta ningún componente de Intel.
Un chip que gestiona la entrada de corriente
Hasta ahora, el MacBook Air M1 incorporaba un único componente de Intel, correspondiente a las entradas de los puertos USB-C del portátil. Un pequeño procesador que administraba la energía que entraba por dicho puerto para cargar la batería del Mac, y para abastecer las conexiones de memorias y accesorios del dispositivo.
Pero como ha publicado SkyJuice en su cuenta de Twitter, dicho controlador Intel ha sido sustituido por otro de fabricante desconocido en los puertos USB-C del MacBook Air M2. Así pues, ha caído para siempre el pequeño bastión Intel que quedaba en territorio Mac. Era una crónica de una muerte anunciada.