Debemos remontarnos a 2016 cuando Apple fue condenada al pago de sanciones por el pago de impuestos. Apple derivaba la facturación de los productos que vende en la mayoría de los países de la UE a Irlanda, donde el porcentaje de impuestos es mucho más reducido en comparación con otros países.
Los países de la UE que se sentían desfavorecidos por la decisión de Apple, pidieron sanciones a la compañía. Finalmente la UE ordenó a Irlanda a recaudar de Apple la cantidad de 13.000 millones de euros, lo que equivale a la facturación ilegal de los años 2003 al 2014.
Apple e Irlanda han rechazado la sentencia y anuncian que recurrirán la misma, por lo que se avecina una batalla judicial en los próximos años. En cualquier caso, Apple comenzará a pagar la deuda a partir del próximo mes, hasta el próximo mes de Septiembre. Por parte de Irlanda, esta podría ser sancionada por incumplimiento.
En la demanda se trata de dilucidar si la tasa del 0,5% de impuestos aplicada a Apple, fue un trato de favor hacia la compañía o bien se aplicaba a cualquier empresa de tamaño similar.
Para el abogado de Apple Bruce Sewell, esto se trata de un tema mediático y así lo traslado en su apelación formal. Según el letrado, muchas grandes empresas operan de esta manera internamente y no es una intención de Apple evadir impuestos, si no un tema organizativo.
Pasarán muchos años de demandas y apelaciones al respecto, mientras tanto, la factura se irá incrementando paulatinamente. Es cierto que esto no es un caso singular de Apple. Otras empresas tecnológicas, como Google, actúan de la misma manera.
De momento Irlanda depositará la cantidad aportada por Apple en una cuenta, en concepto de depósito. Si finalmente se le da la razón a Apple, el país europeo devolverá el dinero recaudado a Apple. Generalmente este tipo de pleitos terminan en un acuerdo bueno para ambas partes, que no suponga el pago de los 13.000 millones, si no una cantidad inferior.