Steve Wozniak (San José, California, 1950) suele ser el gran olvidado de Apple. Es un hombre frecuentemente eclipsado por el perenne y deslumbrante recuerdo de Steve Jobs. Sin embargo, junto al difunto genio, fue un elemento clave en los primeros pasos de lo que casi cuatro décadas más tarde se convertiría en el imperio de la manzana. Aunque abandonó definitivamente la compañía en 1985, sigue siendo un reputado tecnogurú, filántropo e inversor.
Asegura que «mantiene una media de 20 reuniones al día» con emprendedores pero en julio de 2014 se topó con la idea de un español que le dejó «sorprendido». Era Sherpa, el asistente de voz creada por el vizcaíno Xabier Uribe-Etxeberria, que compite mano a mano con Siri o Google Now. Tal fue el impacto que Wozniak ha decidido apadrinar los últimos avances de esta plataforma, que tras varios años disponible solo para Android aterriza ahora en iOS y el reloj Gear S2. «Las máquinas comienzan a ser capaces de comprendernos», afirma.
Michael McLaughlin: La aplicación que apadrina tiene mucho de predictora. ¿La tecnología se adelantará a nuestros deseos?
Steve Wozniak: Hemos avanzado muchísimo en este sentido. Es difícil hacer predicciones, pero hay que tener en cuenta que, cuando empezamos con los ordenadores personales o cuando llegó el iPhone, no pensábamos que íbamos a alcanzar este nivel de cercanía entre las máquinas y los usuarios. Solo hay que ver cómo hay aplicaciones que son capaces de sugerirnos el camino más rápido a casa, al trabajo o cómo Amazon nos dice con bastante fiabilidad libros qué nos pueden gustar.
MM: Usted tuvo mucho que ver en la creación del ordenador personal. ¿Se imagina un mundo sin estas máquinas?
SW: Los ordenadores no van a desaparecer. Va a cambiar el punto de vista de la gente hacia estos equipos. Si lo piensas, el PC es el que sigue haciendo el trabajo duro por mí. Sin embargo, los dispositivos móviles han abierto una nueva ventana para hacer ese trabajo en otros lugares. Arquitectos, diseñadores, ingenieros. Todos ellos van a seguir utilizándolos, aunque no sea como ordenador personal.
MM: Volviendo al presente. ¿Cómo ve a Tim Cook? ¿Cree que echan de menos a Steve Jobs en Apple?
SW: La gente estaba encantada con el trabajo de Steve Jobs y había auténtica inquietud por su legado. Todos pensaban que, tras su muerte, Apple iba a cambiar su rumbo por completo. Sin embargo, creo que a la compañía le está yendo muy bien sin Steve Jobs. Yo pedí dos años de espera para Tim Cook y se ve cómo se están prestando especial atención a las necesidades de los usuarios y cómo se han adaptado al nuevo estilo de vida social. Eso se refleja en los dispositivos, que han evolucionado muchísimo.
MM: ¿Que tendría que pasar para que la empresa perdiese ese toque de rey Midas tecnológico?
SW: Es difícil que Apple pierda esa inercia ganadora. Cuando tienes tanta riqueza siempre puedes sostener la empresa de una manera u otra. Su principal fortaleza es basarse más en su marca que en las especificaciones del producto. Igual no hacen tanto como otros fabricantes, pero han conseguido que sus creaciones sean entendibles y estén más cerca de personas que no son tecnológicas como mi madre. Ven que siempre funcionan. No hay que volverse locos y tener un producto nuevo todos los años. No hace falta inventar el reloj inteligente o el coche autónomo cada dos meses.
MM: En el pasado le vimos haciendo cola de madrugada para comprar un iPhone. ¿Le sigue gustando el teléfono? ¿Qué hubiese cambiado?
SW: Steve Jobs no quería ver teléfonos más grandes, como el iPhone Plus. Sin embargo, Apple ha hecho bien apostando por cosas que no le terminaban de gustar. En cualquier caso, tenían que haber lanzado antes un terminal con pantalla más grande. Por lo menos tres años antes para competir en ese nuevo segmento de mercado.
MM: ¿Tanto el Apple Watch como los demás relojes inteligentes sigue sin convencerle?
SW: He tenido y probado muchos de estos relojes inteligentes. Si te digo la verdad, ni esperaba mucho de ellos ni me parecían demasiado útiles. Sin embargo, con las últimas novedades del Apple Watch mi satisfacción ha ido creciendo al ver cómo funcionaba en mi día a día y Apple le ha servido para que su marca entre en el sector de la joyería. Sin embargo, le falta mucho para ser imprescindible. Si me lo olvido, puedo hacer lo mismo con mi móvil. ¡Ah! Eso sí me gusta más mirar el reloj que el móvil durante una comida, es mucho más educado (risas).
MM: ¿El boom de la electrónica china va a marcar el futuro de la industria?
SW: Estoy muy impresionado con las empresas chinas. Están haciendo lo que hacía yo con mis productos hace casi 40 años: acercar la tecnología a muchas personas. Ellos lo hacen con el precio. Están incorporando tecnologías ya avanzadas a muy bajo coste. Sin embargo, eso no encaja en un filosofía de producto y de marca como la de Apple.
MM: A día de hoy, ¿cree que la revolución tecnológica ha sido más importante para la humanidad que la industrial?
SW: Estos dos hechos han sido importantísimos para la humanidad porque, en sus respectivos momentos, han supuesto la reconversión del trabajo mecánico. Lo que ha quedado demostrado, es que los cambios tecnológicos siempre ayudan a la gente. En la era industrial cambiamos nuestros estilos de vida enormemente, empezamos a construir y fabricar cosas que antes o eran muy caras o, simplemente, imposibles. Con la revolución de la información pasa exactamente lo mismo: estamos viendo cosas que nunca hubiésemos imaginado.
