Pensada casi en su mayoría para personas con una vena artística muy marcada o diseñadores, esta aplicación te proporciona las herramientas necesarias a nivel de edición para hacer realidad tus bocetos, ideas o dibujos de una forma intuitiva con ventanas en forma de accesos directos.
Lógicamente como cualquier programa de edición, tiene una curva de aprendizaje para llegar a dominarla.Aún con todo, la versión básica ya viene bastante repleta de opciones pudiéndole sacar partido más que suficiente como para mostrar dibujos muy cuidados en detalles.
Al iniciar SketchBook lo primero que nos preguntará es si queremos acceder a las opciones de la versión Pro, también disponible en la Mac Appstore pero a un precio de 54,99€, lo cual sino nos dedicamos de forma profesional al dibujo es mejor quedarse con la opción gratuita.
Igual pero no tan completo
Las diferencias principales con la versión de pago radican en que no se pueden guardar las capas individuales, por lo que solo se podrá guardar una imagen «unidimensional». A parte también el número total de capas que es capaz de manejar es inferior, llegando a lo mas evidente como los pinceles, lápices y demás herramientas… que también son menores en número, en esta versión gratuita.
De todas formas, lo primero que nos fijamos es como esta aplicación incluye una «media luna» como acceso directo en la parte inferior izquierda de la ventana, dándonos acceso a prácticamente todas las funciones, lo cual considero un gran acierto y de ahí que mencionase su faceta intuitiva.
Las paletas de colores disponibles se dividen básicamente en grupos, los cuales son Apple, colores Web, Desarrolladores y pinceles, pudiendo personalizar la paleta a nuestro gusto con la rueda disponible para tal fin. Lo dicho, una aplicación orientada básicamente al dibujo y que con un poco de práctica es una fantástica opción para sacar a relucir el Van Gogh que llevas dentro.
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