El libro de Steve Jobs

Del mismo modo que la Historia y la propia vida nos demuestran a diario que nada es absolutamente negro ni nada es totalmente blanco, y que los matices intermedios constituyen toda una fuente de riqueza y descubrimiento, «El libro de Steve Jobs» llega para poner las cartas sobre la mesa y admitir de una vez por todas que el fundador de Pixar, de NeXT y de Apple no fue solamente el genio visionario que muchos dibujan, pero tampoco de forma exclusiva el ogro egocéntrico que otros tantos se esfuerzan por hacernos ver.

Steve Jobs, tan amado como odiado

No me cabe la menor duda de que Steve Jobs tuvo muchos libros a su alcance a lo largo de su vida, pero este no es uno de esos libros por el que pasaban los años en la estantería, este el «El libro de Steve Jobs», el libro de su vida y de sus visiones hechas realidad, la primera obra que desde su lamentada y llorada desaparición aborda con plena objetividad y sin ningún tipo de complejos quien fue realmente Steve Jobs. Una historia dura, complicada, en ocasiones incluso cruel, pero sin duda también sorprendente y estimulante.

Pero si algo nos enseña el estudio de la Historia es que sería de necios tratar de comprender «El libro de Steve Jobs» sin antes conocer a quienes transforman su vida en palabras.

Sus autores

Brent Schlender y Rick Tetzeli son los autores de «El libro de Steve Jobs”, una obra que hasta España nos ha traído la editorial Malpaso. El primero es un periodista de larga trayectoria profesional, siempre en contacto con los protagonistas de la llamada revolución digital; tras diez años en The Wall Street Journal, se incorporó como El libro de Steve Jobs | IMAGEN Jose Alfocea @jalfocea

redactor a las filas de Fortune, siendo en la actualidad el jefe de redacción, algo que compagina con sus dotes como saxofonista en diferentes grupos de jazz y blues.

Por su parte, Rick Tetzeli, quien ha sido subdirector de la revista Fortune, está considerado como uno de los mayores expertos estadounidenses en materia tecnológico-financiera.

Ambos han construido «El libro de Steve Jobs” desde cero, lejos del afán oportunista que muchos vieron en los momentos previos e inmediatamente posteriores a la muerte de este visionario. Un trabajo conjunto para el que han necesitado tres años de investigaciones y entrevistas hasta dar a luz esta obra fruto de la información y la reflexión. Pero tal vez el aspecto más interesante sea el profundo conocimiento que Brent Schlender tiene de la figura de Jobs fruto de 25 años de trato mutuo.

Así es como nace «El libro de Steve Jobs”, una biografía que es mucho más que una biografía y que, sin desmerecer otros interesantes trabajos similares, desprende en cada una de sus páginas una rigurosidad pocas veces vista, invitándonos a seguir leyendo, leyendo, y leyendo.

La metamorfosis de un genio complicado

Brent Schlender afirma que “No recuerdo a un hombre de negocios que haya cambiado (y progresado) tanto como Steve. Sus cualidades negativas no desaparecieron, pero aprendió a dominarlas”. En estas palabras es donde encontramos la esencia de «El libro de Steve Jobs” cuyas páginas nos convierten en privilegiados testigos postmortem de la metamorfosis no de un personaje, si no de una persona.

Los dos “steves”, Steve Jobs y Steve Wozniak, co fundadores de Apple, no concebían la empresa de la misma manera. Para Jobs, Apple era “una empresa extraordinaria que humanizaría la informática”, y además lo haría a través de una “desafiante organización no jerárquica”. Este aspecto, ya presente en la primera página de este libro, nos indica que Jobs era un idealista no dispuesto a renunciar a sus objetivos sin embargo, los acontecimientos futuros le harían aprender mucho. Y cambiar.

Steve Jobs y Steve Wozniak

Desde “El Jardín de Alá” hasta “Diles que soy un idiota”, las experiencias y tropiezos de Steve Jobs le hicieron cambiar, pero nunca renunciar a sus ideales

Cada página de «El libro de Steve Jobs” responde a cuestiones para las que aún esperamos una respuesta, o al menos una respuesta clara.

Defenestrado y expulsado por la puerta de atrás de la compañía que él mismo había fundado, Jobs no se dio por vencido. Fundó NexT, y se hizo con Pixar (aunque ya lo había hecho antes), y fue durante esta etapa intermedia de su vida, donde experimentó su mayor transformación:

“En Pixar descubrió, aunque de mala gana y en contra de sus instintos naturales, que a veces conviene darles a las personas con talento el espacio que necesitan”, pero también aprendió la forma en qué debía gestionar una compañía pues “Sin las lecciones que aprendió en Pixar, no habría existido el gran segundo acto de Apple”, concluye Schlender.

Laurene Powell y Steve Jobs

Laurene Powell y Steve Jobs

«El libro de Steve Jobs” está repleto de testimonios que ilustran la veracidad de los acontecimientos que el lector está reviviendo. Cómo se veía a sí mismo, cómo le veían los demás, declaraciones que dibujan esa metamorfosis del genio, conversaciones que esbozan su mal genio, incluso su crueldad en algunas ocasiones, pero también su genialidad.

Y por supuesto, en sus casi quinientas páginas de Historia, no todo son negocios o tecnología, también el amor tiene cabida. El capítulo número trece nos traslada hasta “Stanford” don de Jobs conoció a quien sería el amor de su vida, Laurenne. Ella estudiaba en la Escuela de Negocios de esta universidad y Jobs acudió allí para impartir una conferencia: «Estaba en la primera fila y yo no podía apartar mis ojos de su rostro -contó Jobs-. Perdí el hilo y empecé a sentirme un poco mareado”. Algo que Laurenne respalda con su testimonio: “La verdad, muy pocas veces le había visto tan nervioso.

Laurene permaneció a su lado hasta aquel fatídico martes 5 de octubre de 2011 en que el cáncer le arrebató la vida a Steve Jobs. Las dos últimas décadas, Apple era su creación, Laurenne la persona de la que siempre quería estar acompañado:

“Si analizas en qué pasaba la mayor parte de su tiempo, verás que viajaba muy pocas veces y que casi nunca asistía a congresos ni a esas reuniones a las que tanto les gusta ir a los consejeros delegados. Quería llegar a casa a cenar”, afirma Tim Cook.

Steve Jobs regresó a Apple, a su casa, casi una década después de ser traicionado. La compañía había perdido el rumbo y la quiebra era inminente. Salvando las distancias, Jobs era el Salvador que vena a resucitarla. Y así fue. Pronto llegó el iMac, el iPod, iTunes y el mayor éxito de la compañía, el iPhone, puerta de entrada para miles de personas que prácticamente aún no saben ni de la existencia de Apple. Y por supuesto, el iPad.

Steve Jobs presenta el iPhone original

Apple, con Jobs al timón, emprendió el camino para convertirse en lo que hoy es, la compañía más valiosa del mundo, amada y odiada a partes iguales, a imagen y semejanza del propio Steve.

Durante esos años, Tim Cook se convirtió en mucho más que un ejecutivo de la compañía. Mano derecha de Jobs, le sustituyó en dos ocasiones en que el cáncer le condujo a la baja laboral. Steve Jobs ya había elegido a un sucesor, quería que fuese alguien de dentro, no podía volver a tropezar con algo parecido a un vendedor de agua con burbujas, quería a Tim Cook. Así cuenta el propio Cook en «El libro de Steve Jobs” cómo recibió la noticia un domingo 11 de agosto cuando Jobs telefoneó al actual CEO y le pidió que se pasara a verle:

“Quiero hablarte de una cosa”, me dijo. Por aquel entonces no salía ya de casa y, cuando le pregunté cuándo quería que me pasara, dijo “ahora”, de modo que fui para allá. Me dijo que quería que fuera el nuevo consejero delegado de la empresa. Cuando lo dijo me pareció que él creía que iba a vivir mucho más tiempo porque nos embarcamos en una larga polémica sobre si tenía sentido que yo fuera el consejero delegado y él siguiera siendo el presidente. “¿Qué funciones de las que tienes ahora no quieres seguir ejerciendo?”, le pregunté.

      Fue una charla muy interesante -añade Cook con una sonrisa melancólica-. “Tú tomarás todas las decisiones”, me dijo. Y yo le dije: “Espera un poco, respóndeme antes a una pregunta”. Tenías que dar con algo concreto así que le pregunté: “¿Quieres decir que si me presentan un anuncio y me gusta, puedo aprobarlo sin tu visto bueno?”. Steve se echó a reír. “Bueno, ¡espero que al menos me preguntes mi parecer!”, exclamó. Le pregunté dos o tres veces si estaba seguro de aquella decisión porque me parecía por entonces que se había recuperado un poco. Pasaba a menudo por su casa entre semana y algún que otro fin de semana y cada vez que lo veía me parecía que estaba mejor. También él se sentía mejor. Lamentablemente la realidad era otra.

La confianza de Steve Jobs en Tim Cook era plena; eran más que colegas de trabajo, eran amigos, buenos amigos: “Steve no quería que [tras su muerte] nos preguntáramos: ¿Qué haría Steve en mi lugar?”, y Steve supo que Cook sería la persona que no se haría esa pregunta.

Tras la aparente mejora, la salud de Steve Jobs empeoró a las pocas semanas. El final ya lo conocemos.

Steve Jobs

«El libro de Steve Jobs” es un trabajo completo ilustrado con decenas de episodios, detalles, conversaciones y declaraciones que nos permiten creer lo que estamos leyendo. Si me lo permitís, un trabajo periodístico en toda regla.

Son muchísimos los aspectos que me he dejado en el tintero, pero tampoco es cuestión de desvelarlo todo, más bien de animaros a leerlo, y a que lo viváis con el mismo placer que yo lo he hecho.


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