La Touch Bar apareció por primera vez en los MacBook Pro de 2016, cuando Apple renovó por completo el diseño del portátil profesional de la marca. Está formada por una banda OLED que sustituye a la tradicional barra de funciones (F1, F2,…) de un teclado. En este caso, estas funciones se sustituyen por diversas teclas que podemos accionar y se ajustan a la aplicación que estamos usando en ese momento.
Desde el inicio, la evolución de la Touch Bar no ha cambiado, de no ser por parte de los desarrolladores de aplicaciones que han implementado sus app con accesos directos.
Pues bien, a día de hoy la mayoría de acciones que se llevan a cabo con la Touch Bar, son las funciones de subir o bajar el volumen, el brillo de la pantalla y alguna función más. Además, es fácil equivocarnos con algunas teclas. Por ejemplo, cuando queremos pulsar la tecla borrar, es relativamente fácil invocar a Siri que se encuentra junto encima de la tecla de borrado. Por lo tanto, esta es la principal carencia de la Touch Bar, la falta de personalización, que se limita a unas pocas aplicaciones. Por otro lado, el funcionamiento del Touch ID es perfecto en el Mac, aportando seguridad y rapidez, más si cabe cuando no tienes Apple Watch.
La pregunta clave es si la Touch Bar nos permite ganar productividad.
La Touch Bar a día de hoy, en escasas ocasiones nos permite ganar productividad. Cuando escribo artículos en Soy de Mac, la Touch Bar nos ayuda con la sugerencia de palabras que estoy escribiendo. Pero salvo que la palabra sea muy larga, generalmente termino antes escribiéndola, que esperando que aparezca y la seleccione en la Touch Bar. Aun en estos casos, aunque ganes pulsando la palabra, volver al teclado lleva su tiempo, y por tanto, lo ganado se pierde. En cambio, repasar un texto, marcando subrayados, negritas, etc. es muy cómodo con el trackpad y la Touch Bar.
Apple debería aprender de aplicaciones de terceros como Better Touch Tool, que hace un intento por personalizar la Touch Bar, para que asignemos las funciones más relevantes y más repetitivas. Si estos desarrolladores pueden personalizar la Touch Bar, Apple debería destinar esfuerzos para que los usuarios puedan adaptarla, más si cabe esto no afecta a la seguridad o integridad del sistema.
