Parece ser que cuando el río suena es por que agua lleva, pero en esta ocasión el río parece estar sonando en un pueblo diferente al que la Comunión de la Unión Europera creía. Tal y como estuvimos hablando la semana pasada, Apple ha sido investigada al existir rumores de que la misma estuviera involucrada en que Spotify retirara del mercado su suscripción gratuita tal y como la conocemos actualmente.
Finalmente se ha demostrado que Apple no tiene nada que ver con ello. Sin embargo, ahora nos hacemos eco de que realmente las que están presionando realmente a Spotify son las tres principales discográficas que trabajan tanto para Spotify como para Apple Music.
Según hemos podido saber, los tres principales sellos discográficos estarían presionando al gigante del streaming de audio para que modificara las condiciones en que una persona puede disfrutar de música de forma gratuita a cambio de emitir publicidad.
Ahora bien, aunque no sea Apple directamente la que estaba moviendo los hilos, todo esto sí que podría tener que ver con el lanzamiento del Apple Music y es que seguramente que al final terminará por desaparecer la opción freemium de Spotify para pasar a tener más restricciones.
Si nos ponemos a analizar lo que actualmente está sucediendo es normal que las discográficas piensen en cómo vamos a dejar que Spotify siga de la misma forma y con los mismos modelos de venta siendo únicamente una empresa que emite en streaming frente a otra como es Apple que a pesar de tener toda la música del mundo a la venta en su tienda iTunes no pone una suscripción freemium con publicidad.
Sony, Warner y Universal seguirán presionando a Spotify para que el modelo gratuito que posee esté más capado de lo que ya está. Ahora vamos a hacer un ejercicio de análisis… Los posibles cambios en los modos de venta de Spotify solo los hará cuando terminen los contratos con esas discográficas que casualmente lo hace el 1 de octubre, precisamente el mismo día en que los de Apple hacen finalizar el periodo de prueba de Apple Music. ¿Todo cuadra? Qué raro ¿no?
