De forma predeterminada, el Dock de aplicaciones siempre se encuentra visible en la parte inferior de la pantalla, aunque podemos cambiar su posición a cualquier otra parte de la misma para adaptarlo al uso que hagamos de nuestras aplicaciones. Dependiendo de si lo utilizamos conectado a un monitor, sea un iMac o un MacBook es probable que el Dock lo único que haga es restarnos espacio en la pantalla.
Pero no solo espacio, sino que también es una fuente de distracciones cuando una aplicación se actualiza, recibimos una notificación, un correo electrónico… aunque tengamos desactivadas las notificaciones, veremos como el icono de la aplicación bota durante unos segundos. Afortunadamente, para evitar este tipo de distracciones y así aumentar el tamaño de la pantalla, podemos ocultar automáticamente el Dock.
Si te has acostumbrado a utilizar atajos de teclado para casi todo, incluso para abrir aplicaciones, es probable que el Dock sea más una molestia que una ayuda, por lo que cuanto menos tiempo esté visible mejor que mejor. Si queremos ocultar el Dock de forma automática, es decir, que únicamente se muestre únicamente cuando situamos el ratón sobre la zona donde se encuentra, debemos realizar los siguientes pasos.
Ocultar automáticamente el Dock
- En primer lugar nos dirigimos, como viene siendo habitual cuando queremos realizar algún cambio en el sistema, hasta Preferencias del sistema, situado en el menú de la manzana de la parte superior de la pantalla.
- A continuación pulsamos en Dock, situado en la primera fila de opciones que se muestran dentro de Preferencias del sistema.
- En la siguiente ventana, se muestran las diferentes opciones que nos permiten personalizar el Dock. Para ocultar automáticamente el Dock debemos habilitar la casilla Ocultar y mostrar el Dock automáticamente.
Esta opción se encuentra desactivada de forma nativa, y podemos activarla o desactivarla rápidamente según nuestras preferencias de uso.