Vemos muchas más ventajas que inconvenientes, siempre y cuando quieras aprovecharlas. En primer lugar, tu reloj será 100 % operativo, aunque no salgas de casa con el iPhone. Es cierto, que en la mayoría de las ocasiones, llevar una teléfono fuera de casa, a día de hoy no es un problema. Pero en ciertos casos, es una ventaja no llevar nada encima. Donde más lo notaremos será haciendo ejercicio. Hasta ahora, y desde la llegada del serie 2, no es un impedimento, pues este lleva GPS, pero un Apple Watch con LTE nos permite escuchar una lista de canciones que tengamos en Apple Music, Spotify u otro servicio de música.
Por otra parte, será posible recibir mensajes y correos electrónicos, aunque no lleves el teléfono encima. En cuanto a las llamadas, no tenemos datos, pero todo parece que no podrás recibir llamadas, aunque está por ver si se pueden realizar a través de Facetime o Skype.
Pero como comentábamos, queremos ver también los inconvenientes. La conexión a redes móviles implica mayor consumo de batería. Como el Apple Watch no es un producto que a día de hoy cuenta con una gran autonomía, pensamos que Apple se encuentra trabajando en un sistema operativo con menor consumo. La alternativa sería un reloj más voluminoso que el modelo actual.
Por otra parte, implica tener una tarifa de datos adicional, como la que ofrecen los operadores para los iPad actuales. Hoy en día estas tarifas han bajado mucho, hasta el hecho de incluirse en algunos paquetes de telefonía.
La conclusión final es que supone un cambio importante para muchos usuarios, así como esperado. En cambio, no todos los usuarios necesitan un reloj conectado. Por lo tanto, previsiblemente veremos modelos con y sin LTE.
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