Desde Soy de Mac seguimos probando las nuevas formas de trabajo que se han implementado en el nuevo macOS Sierra. En mi caso, me he volcado con la utilidad de sincronización de los archivos que estén ubicados en las carpetas de Documentos y en el Escritorio. Ahora bien, hoy no os voy a hablar sobre cómo funciona en sí el sistema de sincronización y es que eso ya lo he redactado en artículos anteriores.
Lo que hoy quiero decir es que hay que tener mucho cuidado no solo con la cantidad de almacenamiento que tengamos en la nube de Apple sino también en cómo es nuestra forma normal de trabajo y cómo es de buena nuestra conexión a Internet.
Si has decidido activar la sincronización automática de las ubicaciones Documentos y Escritorio tienes que tener en cuenta que cuando coloques un archivo en alguna de esas dos ubicaciones el ordenador de forma automática y en segundo plano comienza a subirlo a iCloud y por lo tanto tu conexión a internet comienza a trabajar.
Hasta aquí todo correcto salvo que tu conexión a Internet no sea simétrica o tenga poca velocidad de subida a la red. Cuando contratamos una tarifa para navegar por Internet pocos son los usuarios que se percatan de que lo que nos están vendiendo es realmente la bajada de internet y no la subida de archivos a la misma. Muchas son las tarifas que poseen, por ejemplo, 100 MB de velocidad de bajada de contenido a nuestro ordenador mientras que la subida se estanca en unos míseros 10 MB. Eso está cambiando y ciertas compañías ya ofrecen fibra simétrica a 300 MB lo cual nos permite ser tan rápidos bajando como subiendo información a la red.
Cuando activamos la sincronización automática en macOS estamos, sin quererlo, aceptando una saturación de nuestra red de Internet si es que no tenemos una de esas tarifas simétricas de 300 MB. En mi caso tengo una tarifa de ONO en la que tengo 30 MB de bajada y 3 MB de subida. Está claro que tengo lo que pago y es que con los 20 GB de Yoigo en el móvil tengo de sobra para mi uso diario. Pero vamos a lo que vamos, hay que tener en cuenta que antes de activar la sincronización automática de macOS Sierra debes parar y pensar qué velocidades de bajada y subida manejas ya que de lo contrario cuando pongas un archivo de GB en el Escritorio, el sistema comenzará a subirlo a iCloud y te va a saturar el router que dejará de darle datos al resto de dispositivos que tengas conectado y por tanto, notarás una bajada drástica de la velocidad de navegación hasta el punto que no te funcione nada.
Para finalizar, otra cosa que no me termina de gustar es la sincronización del Escritorio y es que el mismo es un lugar de paso de cientos de miles de archivos al cabo de los meses que en este caso se van a ir sincronizando de forma automática con el gasto energético que supone el que el ordenador (peor en un portátil usando la batería) esté continuamente mandando datos que a veces van a terminar en la papelera.